Los perros antitanques, el arma mas despiadada del ejercito rojo




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El perro que se lo conoce como el mejor amigo del hombre, estuvo desde los comienzos de la historia misma a su lado, y su tan venerado amo en tiempos de guerra no dudo en usarlo en situaciones o tareas que en algunos casos lo llevaría a la muerte. El mismo Hitler antes de su suicidio, hizo matar a su amada perra Blondi la cual lo acompaño durante muchos años. Es por esto que nunca se va a poder entender, la maldad de la humanidad a estos animales que para muchos de nosotros son nuestra propia familia. Esto mas que una simple columna, es un homenaje a todos esos héroes caninos que murieron en una guerra demencial.
Blondi la perra de Hitler que fue asesinada con cianuro el 29 de Abril de 1945

                               

Los perros antitanques (en ruso: собаки-истребители танков sobaki-istrebiteli tankov o противотанковые собаки protivotankovye sobaki; en alemán: Panzerabwehrhunde o Hundeminen, "perros-mina") eran perros entrenados para transportar explosivos y destruir tanques, vehículos blindados y otros objetivos militares. Fueron entrenados intensivamente por las Fuerzas Armadas Soviéticas y rusas entre 1930 y 1996, siendo empleados en combate durante la Segunda Guerra Mundial contra los tanques alemanes entre 1941 y 1942. Aunque el entrenamiento original de los perros implicaba soltar la bomba y que el animal vuelva antes que la espoleta cronométrica detone a esta, su fracaso dio como resultado la introducción de una espoleta que se activaba por impacto y mataba al perro en el proceso. El Ejército estadounidense entrenó perros antitanques en 1943 para emplearlos contra fortificaciones, pero nunca los desplegó. Perros que transportaban explosivos fueron empleados sin éxito por los guerrilleros iraquíes, en el marco de la Guerra de Irak, a inicios del siglo XXI.

En 1924, el Sóviet Militar Revolucionario de la Unión Soviética aprobó el uso de perros para fines militares, que incluían una amplia variedad de tareas, tales como rescate, envío de primeros auxilios, comunicaciones, rastreo de minas y personas, apoyo en combate, transporte de pertrechos y heridos en trineos y destrucción de objetivos enemigos. Para estos fines, se fundó una escuela de entrenamiento canino especializado en el Óblast de Moscú. Poco después se fundaron doce escuelas regionales, de las cuales tres entrenaron perros antitanques.

Imagen de una de las escuelas de entrenamiento canino en la URSS

El Ejército Rojo no tenía entrenadores caninos especializados, por lo cual tuvo que reclutar entrenadores caninos de caza, policiales e incluso circenses. También estuvieron involucrados varios biólogos y etólogos de renombre, a fin de organizar un programa de entrenamiento a gran escala. Los perros pastor alemán eran la primera opción para el programa debido a sus habilidades físicas y facilidad de entrenamiento, pero también se entrenaron perros de otras razas como rottweiler y dóberman. La idea de usar perros como minas móviles se desarrolló en la década de 1930, junto con el diseño de la mina que se acoplaría al perro. En 1935, las unidades de perros antitanque fueron oficialmente incluidas en el Ejército Rojo.


Imagen de un perro en un entrenamiento frente a un tanque 

                                     
La idea original era que un perro transporte una bomba unida a su cuerpo mediante un arnés, hasta llegar a un blanco estático específico. Entonces el perro soltaría la bomba al jalar con sus dientes una correa de liberación automática y volvería con su entrenador. Después la bomba sería detonada por una espoleta cronométrica o mediante control remoto, aunque el segundo sistema era poco usual y demasiado costoso para la época. Un grupo de perros fue entrenado durante seis meses, pero los reportes muestran que ningún perro pudo dominar esta operación. Se desempeñaban bien en un solo blanco, pero se confundían si el blanco o su ubicación eran cambiados, frecuentemente regresando con su entrenador sin haber soltado la bomba, lo cual podía matar a ambos en una situación de combate. ​

Los continuos fracasos condujeron a una simplificación. La bomba seguiría unida al perro mediante un arnés, pero detonaría al impactar con el blanco y mataría al animal. Mientras que, en el primer programa, el perro era entrenado para ubicar un blanco específico, esta tarea fue simplificada al reducirse a ubicar cualquier tanque enemigo. Los perros eran entrenados dejándolos pasar hambre y situando su comida debajo de tanques. Al principio los tanques estaban inmóviles, después tenían sus motores encendidos y a esto se le añadían disparos de cartuchos de fogueo, explosiones y otros elementos distractores que podían encontrarse en el campo de batalla. Con esta rutina se deseaba enseñar a los perros a correr debajo de los tanques en situaciones de combate.

En la imagen se ve a un soldado del ejercito rojo entrenando a un pastor alemán

Ya estando satisfactoriamente entrenado, cada perro era equipado con una mina de entre 10 a 12 kg transportada en dos alforjas de lona. La mina tenía en su parte superior un pasador de seguridad, que era retirado solo al momento de soltar al perro; cada mitad de la mina no tenía marcajes y no se podía desactivar una vez retirado el pasador de seguridad. De un bolsillo superior sobresalía una palanca de madera de 20 cm de alto. Cuando el perro se metía debajo del tanque, la palanca golpeaba la parte inferior del casco, se plegaba y detonaba la carga explosiva, muriendo el animal en el proceso. Como la parte inferior del casco es el área más vulnerable de un tanque, se esperaba que la explosión destruya o dañe gravemente al vehículo.
Imagen del sistema que llevaban los perros para el ataque al tanque 

 En el desarrollo de la Operación Barbarroja en 1941, los soviéticos perdieron enormes cantidades de material de guerra y hombres debido a la rápida y efectiva táctica Blitzkrieg alemana, que ocuparon en el espacio de pocas semanas una gran cantidad de territorio soviético, lo que obligó al alto mando soviético a aprobar el uso de perros antitanque como un recurso desesperado. Estos fueron muy utilizados entre 1941 y 1942 para detener el avance alemán en el Frente del Este. En aquel período, las escuelas de entrenamiento canino principalmente se concentraron en el entrenamiento de perros antitanque. El Ejército Rojo desplegó unos 40.000 perros para diversas tareas.

En la imagen se puede ver a un soldado soviético, aprontando el equipamiento del perro 

El primer grupo de perros antitanque llegó al frente en el otoño de 1941, contando con 30 perros y 40 entrenadores. Su despliegue reveló algunos problemas serios. A fin de ahorrar combustible y municiones, los perros habían sido entrenados con tanques inmóviles que no disparaban sus cañones y ametralladoras. En el campo de batalla, los perros rehusaban meterse debajo de los tanques en movimiento. Algunos perros tenaces corrían cerca de los tanques y esperaban que se detengan, resultandos muertos por disparos. Los disparos de las armas de los tanques espantaron a muchos perros. Estos corrían de vuelta a las trincheras y con frecuencia detonaban la carga explosiva al saltar dentro, matando a soldados soviéticos. Para evitar esto, con frecuencia sus propios entrenadores debían dispararles y esto hizo que no deseasen trabajar entrenando nuevos perros. Algunos llegaron al punto de decir que al Ejército no le basta sacrificar personas en la guerra y también pasó a sacrificar perros; aquellos que criticaron abiertamente el programa fueron perseguidos por los "departamentos especiales" (contraespionaje militar). Del primer grupo de 30 perros, solamente 4 lograron detonar sus bombas cerca de los tanques alemanes, infligiendo daños en cantidad desconocida. Seis detonaron al volver a las trincheras soviéticas, matando e hiriendo soldados. Tres perros fueron abatidos por soldados alemanes y sus cadáveres capturados, a pesar de los desesperados intentos soviéticos por evitar esto, ofreciéndoles ejemplares de las minas y sus espoletas. Después, un oficial alemán capturado contó que ellos aprendieron sobre el perro antitanque a partir de los animales muertos por disparos y consideraron al programa como una medida desesperada e ineficaz. Una campaña de propaganda alemana buscaba desacreditar al Ejército Rojo, diciendo que los soldados soviéticos rehúsan combatir y envían perros en su lugar.

Más tarde se reveló otro serio error de entrenamiento. Los soviéticos habían empleado sus tanques propulsados por motores diésel para entrenar a los perros, mientras que los tanques alemanes eran propulsados por motores de gasolina. Como los perros se guiaban por su fino olfato, buscaban a los familiares tanques soviéticos en lugar de los tanques alemanes que olían distinto. ​

La eficacia del uso de los perros antitanque en la Segunda Guerra Mundial sigue siendo incierta. Algunas fuentes soviéticas afirman que unos 300 tanques alemanes fueron dañados por los perros antitanque. Esta afirmación es considerada por historiadores rusos como propaganda para justificar el programa de entrenamiento canino. Datos más confiables limitan su éxito a una treintena de tanques alemanes. ​ Sin embargo hay afirmaciones documentadas de éxitos individuales del programa, con el número de tanques dañados usualmente situado en una docena. Por ejemplo, en el frente de la 160° División de Infantería cerca de Hlújiv, seis perros dañaron cinco tanques alemanes; cerca del aeródromo de Stalingrado, los perros antitanques destruyeron 13 tanques. En la batalla de Kursk, 16 perros pusieron fuera de combate a 12 tanques alemanes que habían roto las líneas defensivas soviéticas cerca de Tamarovka, Bykovo.

Las tropas alemanas sabían sobre los perros antitanque soviéticos desde 1941, por lo que tomaron medidas para defenderse de estos. La ametralladora montada sobre la torreta del tanque demostró ser ineficaz por el tamaño relativamente pequeño de los atacantes y su posición muy baja sobre el suelo, además de la velocidad de los perros y la dificultad de observarlos. Finalmente se optó por el uso de lanzallamas para desviar al perro de su objetivo. En consecuencia, a cada soldado alemán se le ordenó matar a cualquier perro que hallase en las áreas de combate, también se usaron francotiradores para eliminar a los perros rusos, así como una escuadra de perros alemanes para intentar distraer a los rusos y poder eliminarlos antes de que se puedan acercar a los tanques.
Francotiradores alemanes junto a sus pastores alemanes

                                 
Los tanquistas y soldados Panzergrenadier (Infantería Mecanizada) los llamaban Hundenminen (perros-mina) o Panzerabwehrhunde (perro antitanque) y temían a esta forma de arma antitanque a pesar de considerarlos como una forma primitiva y desesperada de detener un ataque de tanques.

Caricatura de la epoca en la que se hacia alusión a estos perros



La hostilidad de los soldados y oficiales alemanes hacia los perros es mencionada en la novela Kaputt, de Curzio Malaparte. Como un corresponsal de guerra italiano destacado en el Frente del Este entre 1941 y 1942, Malaparte narra como una de las primeras tareas de los soldados alemanes al entrar y ocupar aldeas en Ucrania era la de buscar y matar de inmediato a cualquier perro que encontrasen.
Tapa de la novela Kaputt de Cursio Malaparte 

                                                     
Después de 1942, el uso de perros antitanque por parte del Ejército Rojo declinó rápidamente y las escuelas de entrenamiento canino se concentraron en el entrenamiento de perros rastreadores de minas y de transporte de suministros. Sin embargo, el entrenamiento de perros antitanque continuó después de la Segunda Guerra Mundial, cesando definitivamente en junio de 1996.



Gracias por leer esta columna y los espero para la próxima historia.













Comentarios

  1. Los pastores alemanes que sirvieron en el ejército rojo, pueden ser considerados traidores?

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  2. Hubiera estado muy bueno que se la hubieran dado entre los perros alemanes y los rusos.

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  3. Jajajaja gracias Álvaro por leer y comentar.

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  4. Qué terrible parte de la Historia que desconocía! Gracias por enseñarnos!!

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  5. La verdad que terrible. Gracias Jimes por leer y comentar.

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