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La oscuridad confunde... Pero la vida está allí, todavía respira. |
Introito
"Midlife Crisis", "Old Heart Falls", “Puente”... Viene bien para un momento como este. Recomiendo ir “picando” los temas a medida que va leyendo esta colu(c)na.
Ya van más de 48 revoluciones al Astro Rey, pero sin muchas revoluciones en mi haber.
Con una tendencia cadenciosa y caderona al conservadurismo temeroso y nada temerario.
Con el trajín de la ingeniería y tantas noches en vela dándole
vueltas a los clásicos de la filosofía.
Con tantas terribles venganzas prometidas
por Alejandro Dolina.
Uno pensaría que habría de tener algunas respuestas… Sólo
surgen más preguntas ante cada encrucijada…
Y acá estoy, en el medio del
camino, y parece que la vida decidió tirarme los dados y los dardos con varias incertidumbres de golpe.
La Fe y la Fragilidad humana
Escucho "Midlife Crisis", y redobla el eco de lo absurdo, esa sensación de que todo lo que creías sólido se desmorona. La enfermedad de mi padre... ¿Dios? Si existe, ¿dónde está en el sufrimiento de un hombre que siempre fue mi pilar? Fe, esa dimensión que quizás en algún rincón aún guardaba, se agrieta con cada nuevo síntoma, con cada mirada de impotencia. ¿Es una prueba? ¿Un designio? O quizás, y es la hipótesis que más me abraza y me abrasa, ¿simplemente no hay nada detrás del telón, solo la cruda y brutal aleatoriedad de la biología? La ingeniería enseña sobre sistemas, causas y efectos. La enfermedad, sin embargo, se siente como una falla catastrófica en un sistema que creía más justo, más ordenado.
Faith No More - Midlife Crisis
Ecos de un Corazón cansado y un Puente agrietado
También resuena "Old Heart Falls". Katatonia siempre tuvo esa habilidad de ponerle música a la melancolía. El video, la vieja máquina de escribir, me lleva a mi infancia y los informes que mis padres formulaban cuando Office no era sino sólo el sueño húmedo de unos jóvenes imberbes en algún garaje en Albuquerque. Mi corazón, definitivamente, se siente viejo y decadente. Los silencios con mi esposa son más ensordecedores que cualquier discusión (permítame el oxímoron, estimado lector… aunque sea para una liberación poética). Hablamos de todo y de nada, pero el Puente, ese que antes unía nuestras almas, por el que cruza el Amor, según Cerati, parece haberse derrumbado. La idea de la separación flota en el aire como una niebla densa, amenazando con sofocar lo poco que queda. Mirar a mis hijos y pensar en cómo no fallarles, me revuelve las entrañas. ¿Dónde se perdió la chispa? ¿Fue la rutina, el cansancio, o simplemente nos transformamos en extraños que comparten una misma dirección pero distintos horizontes?
Katatonia - Old Heart Falls
Gustavo Cerati - Puente
La Jaula dorada y el Refugio académico
Mi trabajo... el que me da de comer, el que paga las cuentas, el que me permite mantener a mi familia (bah, ni tanto, realmente), es una jaula dorada. Me proporciona una comodidad que detesto. Es un ejercicio de tedio y una renuncia constante a la creatividad. La satisfacción se esfumó hace tiempo, dejando solo la amargura de saber que mis mejores horas las dedico a algo que no me nutre. Pero luego está la Facultad. Los cursos que dicto, las miradas curiosas de los estudiantes, la oportunidad de compartir lo que sé, de debatir, de encender alguna chispa en sus corazones... Eso es lo que me mantiene a flote. Es mi pequeña balsa en este mar revuelto, un recordatorio de que aún hay algo en mí que vibra, que no todo está perdido en la grisura de la rutina.
El Límite y el Amanecer
Supongo que estoy en el límite. En esa galería en medio del bosque de coníferas, donde la oscuridad parece la única compañera. La melancolía se ha vuelto una vieja amiga, y la angustia, una sombra constante. Pero incluso en esta negrura, hay destellos. La posibilidad de encontrar nuevas respuestas, de redefinir mi existencia, de reconstruir lo que parece roto. Quizás la caída no sea el final, sino el inicio de un vuelo diferente, más consciente, más real… La oportunidad de redescubrir al Ícaro más maduro, que va a prepararse para que el Sol radiante no funda la cera y concentrarse en disfrutar del viaje. El viejo corazón puede caer, sí, pero tal vez sea sobre terreno fértil. A veces, para que algo nuevo nazca, lo viejo tiene que desintegrarse. El camino parece incierto y la luz tenue, pero, yo para mí, pienso de qué, el propio acto de buscar ya es una forma de esperanza. La vida, a pesar de todo, sigue presentándose, y quizás, solo quizás, las respuestas no estén en lo divino o en lo absoluto, sino en la capacidad de seguir adelante, un paso a la vez, incluso cuando la tierra tiembla bajo los pies. (PD: Gracias Leda Sánchez, por inspirar esta última reflexión).
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