El tamaño importa

 

A pedido de otro de nuestros amables leyentes, es que viene esta nueva columna, en versión verano, por no decir vago.

Nuestro querido Fagalde, de La Figurita, desea saber por qué el tamaño más popular de las botellas de vino es el de 750 ml.

En realidad, encontré casi la misma cantidad de explicaciones que de tamaños de botellas existentes en este mundo. Vamos por un par de ellas.

Parece que en la Francia Napoleónica, época en la que las botellas se hacían artesanalmente, como casi todo, los sopladores de vidrio y calculo que otros seres humanos tenían capacidad para soplar hasta producir una botella de entre 600 ml y 800 ml.

Por lo tanto, se medió en 750 ml y quedó como el standard.

La otra que les traigo hoy, y que me parece más que valida en este mundo materialista, es que nace de una convención entre franceses e ingleses.

La razón: simplificar la logística y facilitar el comercio entre ambas, otrora, potencias mundiales.

Los franceses exportaban el vino en barricas de 225 lts., la medida más utilizada para líquidos en esa época era el Galón imperial, equivalente a 4,5 lts.

Si dividimos 225 entre 4,5 nos da 50 galones, número hermosamente redondo para comerciar.

Pero teniendo en cuenta que, en destino, hay que fraccionar ese producto importado para vender, encontramos que al dividir 4,5 entre 750 nos da 6. Adivinen el tamaño de una caja de vino.

El vino generalmente viene en cajas de 6 o 12 botellas, o sea 1 o 2 galones. Por lo tanto, cada barrica se convertía en 25 cajas de 12 botellas o 50 de 6.

Y así podríamos estar todo el día haciendo estas cuentas para arriba y para abajo, pero como no somos tan inteligentes como Reyes y Espino, que pasaron por la FING, mejor quedémonos por aquí que no estamos para desperdiciar neuronas, ni galones de vino.

Salú.