Brindemos por eso!!!

 

Cuando se trata de relacionarse, no hay mejor lugar que un evento social, llámese cumpleaños, boda o brindis.

La palabra “fiesta” tiene una connotación por demás positiva, es sinónimo de (singular) algarabía, de euforia, felicidad, belleza con algún toque de seducción.

En épocas antiguas se organizaban grandes banquetes para reunir a la alta sociedad. En en dichas celebraciones se concretaban negocios, se tejían alianzas y era donde los y las jóvenes se presentaban en sociedad con el solo fin de una buena y conveniente alianza marital.  

La organización de dichos eventos eran competencia de las mujeres de la casa, que desplegaban toda su creatividad y sus recursos en pos de presentar la mejor fiesta de la temporada.

El equinoccio de primavera era el mejor momento para los bailes de cortejo y al son de la última canción, las mujeres se disponían a planificar ya la siguiente temporada. Cuanto más ostentosa era la decoración y los amenities, mayor sería el poderío económico demostrado, cosa que no ha cambiado al día de la fecha.  

Dichos eventos estaban regidos por estrictas reglas, tanto de organización como de comportamiento y más aún de vestimenta.

Algunas de esas reglas se han ido transformando en costumbres aplicables a nuestros actuales eventos sociales.

Pretendo, en esta nueva etapa de C´est la Vie, compartir un poco de mis conocimientos en fiestas y eventos e ir introduciéndolos en el basto mundo de las celebraciones, entre historia, consejos y anécdotas.