Introducción al diario

Viviendo con Raúl, porque a pesar de toda la medicación, sufrimiento físico y emocional, desde que me enteré que íbamos a estar juntos, mi vida es mejor, porque como decía Doña Elisa “no hay mal que por bien no venga”. 

Un 4 de octubre, sentada en el borde de la cama, con el resultado de una tomografía en la pantalla del celular, que explicaba que las supuestas crisis de pánico que sufría desde hacía más de 8 años, no eran tal, sino que síntomas de algo más interesante y complejo, como lo es el cáncer.

Esa mañana, luego de hablar con una amiga médica para confirmar mis sospechas, me dije la famosa frase de Doña Elisa, armé un bolso con algo de ropa, 2 pijamas, jabón, cepillo de dientes, peine y una toalla.

Estuve 15 días internada, y estoy convencida de que por eso es que el CASMU “se está fundiendo”. Les hice gastar un montón de guita. Me dieron de comer mejor que en un all inclusive, hicieron exámenes de sangre, tomografías, resonancias, ecografías, mamografías, todos estudios carísimos, porque nadie le quería decir a una mujer de 33 años, que tenía cáncer, sin antes estar seguro. Pero el cáncer estaba, cosa que mi familia sabía, pero no quería creer, hasta que la internista lo confirmó, con poco tacto se podría decir, pero con la contundencia que necesitaban.

Esta confirmación trajo angustia a todo mi entorno, pero a mi la tranquilidad que no había tenido en los últimos años. Por fin sabía que era lo que me pasaba y si me iba a morir, antes quería hacer alguna que otra cosa, por lo que tomé un par de decisiones, que te iré contando semana a semana.