Difícilmente la película F1 hubiera existido sin la serie documental de Netflix Drive to survive.
La serie tiene muchas virtudes, primera y principal es muy entretenida. Pero también permitió humanizar a los pilotos, logró atrapar a espectadores que no consumían fórmula 1 ya que no es necesario siquiera, tener conocimientos previos del deporte para poder disfrutar de las seis temporadas estrenadas hasta la fecha.
Las redes sociales retroalimentaron el producto y terminaron repercutiendo en un aumento de audiencia del asunto principal, las transmisiones de los grandes premios
Con el agregado que se diversificó el público: más menores de 35 años en particular y más mujeres en general empezaron a planificar sus domingos en función de las carreras.
En mi casa (que hace cinco años a la mayoría la F1 le pasaba por el costado) se sigue lamentando la no presencia de uno de los protagonistas de Drive to survive en la actual temporada de F1, el australiano Daniel Ricciardo.
Dicho esto, en el 2025 llegó a las salas de cine F1 la película.
La tarea de dirigirla quedó en manos de Joseph Kosinski. Un director de 51 años que ya supo hacer para Disney otra película de carreras, Tron Legacy, pero que tiene como sus antecedentes más valiosos dos films con Tom Cruise, Obivlion y Top Gun Maverick. Esta última sino la vieron , vayan corriendo al vídeo club amigo.
Poner otra vez a Tom Cruise como protagonista era un abuso, así que Kosinski optó por el mejor colocador de antenas del mundo, Brad Pitt.
La historia tiene una estructura que hemos visto mil veces en el cine, un protagonista bueno en lo que hace (piloto de guerra , conductor de F1, guerrero medieval, jugador de póker o lo que sea), que por un hecho traumático abandona su carrera, pero años más tarde es tentado a volver.
Primero dirá que no pero todos sabemos que después dirá que sí.
Pese a eso, la trama de la película funciona de maravillas porque aprovecha todos los elementos del mundo F1. Tiene los ingredientes en su justa medida, los egos de los pilotos, la planificación de las carreras, las presión de los dueños de los equipos, las lealtades, las traiciones, el entorno del campeón y no podía faltar la dicotomía entre lo nuevo y lo viejo, lo analógico y lo digital.
La verosimilitud está muy cuidada con apariciones constante de pilotos conocidos por todos y situaciones vividas en la categoría.
Todo apoyado en actuaciones convincentes y en una banda de sonido con rock clásico que te llevan a mover la patita.
Las escenas de acción están muy bien logradas y nunca sentís que estás ante situaciones inverosímiles. No es Rápidos y furiosos, ni quiere serlo. Tampoco falta el romance y una cuota de humor para terminar de darle forma a un gran entretenimiento con mucha adrenalina.
Es una buena excusa para volver al cine, verla en tu casa no será lo mismo.
CUANDO LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN
A pocos días de estrenada la película como si todo fuera parte de un guion, el piloto Nico Hülkenberg logró su primer podio en F1.
El alemán de 37 años debió esperar 239 grandes premios para poder llevarse un trofeo del mundial de pilotos. En una carrera increíble, largó 19º y finalizó tercero. Claramente los dioses de la F1 le dieron el visto bueno a la película.
Buen artículo 👏🏽👏🏽Solo discrepo con Top Gun me gusta más Obivlion
ResponderBorrarMuy buen artículo!! De los blockbusters estrenados en el mes de julio F1 es el mejor
ResponderBorrarMuy buen artículo, como aficionado a la fórmula 1 es una lástima enterarme ahora que pasaba por tu casa, los hubiese ido a ver. Muy buen guion, porque usaron parte de las estrategias que se han usado y usan y además los accidentes son tomados de accidentes reales. La perlita es el final, el podio de Hulkemberg. Imposible imaginar eso
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