¿Qué preferís: un pelado o un engominado?

Se estrenó "Nosferatu" de Robert Eggers ("La bruja"; "El faro"), remake del clásico de F. Murnau de 1922. Éste, como se ha explicado estos días hasta el cansancio, en realidad es una adaptación de la novela "Drácula" -que aún no había sido filmada directamente- sin pagar los derechos y por eso el personaje principal tiene otro aspecto y cambian los nombres de todos. Pero la historia es la misma.


La novela original escrita por el irlandés Bram Stoker habla de Jonathan Harker, un empleado londinense que viaja a Transilvania a cerrar un contrato inmobiliario con un extraño noble de por allá. El conde deja encerrado a Harker en el castillo y se va a Inglaterra en un ataúd lleno de ratas, como si fuera un inmigrante ilegal. 

Todos hablan también de que Drácula existió en la vida real y se refieren, en realidad, a Vlad III, príncipe de Valaquia (en la actual Rumania) apodado Draculae, diminutivo de Dracul, como conocían a su padre, el viejo Vlad II. "Dracul" significa "Dragón" en rumano y no "Demonio" como Stoker creyó, quien conocía a la nación rumana tan bien como yo, que no fui nunca. Así que "Drácula" significaría "dragoncito", que es como mi abuela se refería a los novios poco serios de sus nietas.

Vlad III reinó (o mejor dicho, principeó) en Valaquia y Transilvania entre 1456 y 1462. Se pasó guerreando a enemigos internos y externos -especialmente, a los otomanos- y cuando fue a pedirle ayuda a un rey húngaro, éste lo encarceló 12 años, hasta que liberado siguió peleando y así murió en 1477, cuarentón. No sabemos bien su fecha de nacimiento, de coqueto que era.

Nosferatu 1922

En realidad, Vlad III fue un señor de carne y hueso, del que no puede decirse que era un humanista, pero del que no hay consenso -más de 500 años después- si su crueldad era tan diferente a la de la mayoría de los soberanos de la época. Tampoco es que te empalaba en una buena. Sin embargo, nada tiene que ver con la historia que creó Stoker, que escuchó de rebote el nombre de Drácula y le gustó para la novela.

En ella, el vampiro es un tipo flaco y alto, de bigotes canosos enormes, aliento pestilente y pelos en las manos, supongo que de tanto vivir solo. Nada tiene que ver con la apariencia de Béla Deszo, un actor austrohúngaro que se tuvo que exiliar de su imperio natal por sus actividades izquierdistas y consiguió trabajo en Hollywood con el seudónimo Bela Lugosi. 

Curiosamente, "Drácula" (1931) con Lugosi no es una adaptación de la novela sino de una muy exitosa obra de teatro que la viuda de Stoker autorizó, luego de ganarle un juicio a los productores de "Nosferatu". El actor previsto para hacer del vampiro rumano era Lon Chaney, habitual cómplice del director Tod Browning, pero falleció antes del comienzo del rodaje, así que se quedaron con el protagonista de la obra teatral. O sea, el Bela.

Drácula 1931

Si el film de Murnau es un clásico excelentemente fotografiado y que sigue siendo relativamente inquietante 100 años después de ser realizado, la versión de Browning envejeció mal. Hecha en los primeros tiempos del cine sonoro, es demasiado estática y aburrida. Lo único interesante sigue siendo la presencia del protagonista con su extraño acento y aspecto aristocrático. Muchos de los elementos de la mitología vampírica son inventos de las dos películas y no figuran en la novela original: el ajo, el agua bendita, morir ante la luz solar, etc.

Drácula fue interpretado por muchísimos actores, comenzando naturalmente por Christopher Lee y siguiendo por John Carradine (en "Billy the Kid vs. Drácula" (!)); Narciso Ibáñez Menta; Cesar Romero; Jack Palance; Frank Langella; David Niven; Peter Fonda; Gary Oldman; David Carradine (hijo del viejo John); Gerard Butler; Patrick Bergin; Nicolas Cage y Luke Evans, además de una multitud de desconocidos.

Werner Herzog hizo en 1979 una remake de Nosferatu, que en el recuerdo era más bien un relato melancólico sobre la soledad de los vampiros, con Klaus Kinski e Isabelle Adjani. En el final, Harker (Bruno Ganz) se transformaba en otro vampiro. 
 

Nosferatu 2024

En la versión de Eggers, que es notable en fotografía y sonido, la presencia de Nosferatu es escamoteada por un buen rato. Incluso, no sólo no se mostró en el marketing previo, sino que se hizo circular unas fotos con imágenes falsas (ver última foto). Este conde Orlok es narigón y bigotudo como el de la novela, pero pelado y alto como el de la película. 

Ésta se centra, luego de que por fin vemos al chobi, en la peste que provoca su presencia en la ciudad alemana ficticia de Wisborg. Nosferatu es, al mismo tiempo, un malvado que quiere destruir a todos y un tipo despreciado que vive horriblemente solo, pudriéndose en vida. 

Hay quienes han criticado duramente a la película por el acento "raro" del protagonista, o cosas así. Es lo que elogiaron hace 90 años a Lugosi. Eggers, obviamente, debió cargar con el peso de volver a contar una historia que conocemos todos, realizada por gente de enorme prestigio. Lo hace a su manera y lo hace bien, en mi modesta opinión.

El Sinca, doble de riesgo de Bill Skarsgard

El sexo tiene mucho que ver con el vampirismo, en esa sociedad del siglo XIX (casi pongo el siglo pasado) tan reprimida, especialmente por el lado de las mujeres. La historia de una chica que muy joven fue seducida por un señor mayor, suena mucho más coherente que otras versiones de la historia y el final, mucho más. 

En el propio "Nosferatu" de Murnau (y en otras adaptaciones), hace ruido la forma en que muere el vampiro. Ellen -o como se llame- lo tiene que distraer toda la noche hasta que amanezca y los rayos del sol lo hagan bosta. El boludo entra 10 segundos antes que salga el astro rey y es boleta. En la nueva película, por fin asoma la lógica: los viejos amantes vuelven a acostarse, aunque ella lo haga como sacrificio. Y, bueno, es más fácil distraerse de la hora que es, en esas circunstancias. Si hay que criticar algo, me parece que no se ve reflejada la pasión que el vampiro dice tener por el personaje de Lily Rose Depp (sí, la hija del Johnny). 

Eggers: a mí me gustó. Y sospecho que a Murnau -que se nos fue tan joven- también le hubiera gustado.

 

Y.E.T.P.A.P.

+ BERTRAND BLIER (85) - Hacía mucho tiempo que estaba olvidado por aquí y por el resto del mundo, la verdad. Tenía un par de largometrajes previos cuando tuvo un gran éxito con la que aquí se estrenó (6 años después y con muchos cortes) como "Las cosas por su nombre", pero que originalmente era algo así como "Los valses" (una forma mersa de decir "los boludos"), con unos muy primerizos Gerard Depardieu, Patrick Dewaere e Isabelle Hupert.

Esa comedia irreverente no cambió el mundo ni las costumbres humanas pero consagró al hijo del famoso actor Bernard Blier como todo un especialista del género. Después vendrían "Preparen los pañuelos"; "Una adolescente en mi vida" (Oscar a mejor película en lengua extranjera) y "Vestido de fiesta". Lo último que se estrenó de Blier en Uruguay fue "Demasiado bella para mí". Siguió haciendo films con suerte variada hasta 2019, casi siempre con actores famosos, así que tan mal no estaba en la industria francesa.   


MELAMMU

Volvemos a Serrat. ¿Es que no se me ocurren otros nombres? Sí, se me ocurren pero creo que el catalán tiene demasiadas obras maestras, algunas medio olvidadas. En su increíble primer disco dedicado a Miguel Hernández está la estremecedora "Nanas de la cebolla" y esta "Elegía" que el poeta homenajeado escribió por la muerte de un amigo conservador, pero que en Uruguay fue un símbolo que ilustró la aparición de los primeros restos humanos de desaparecidos. 


Menor recordada aún, es otra maravilla del mismo disco llamada: "Canción última".

 



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