Las segundas partes de películas han sido una constante en la industria cinematográfica
A lo largo de las décadas, las secuelas han pasado de ser una herramienta comercial a convertirse en proyectos artísticos legítimos, que en muchos casos han superado a sus predecesores en calidad y popularidad.
Durante los primeros años del cine, las secuelas eran vistas principalmente como una forma de capitalizar el éxito de una película original y repetir la receta.
Los estudios, siempre en busca de maximizar ganancias, recurrían a repetir la fórmula que había funcionado previamente, generalmente con la misma premisa, personajes y estructura narrativa.
La caída de una nación es la primer secuela de la historia, es una película estadounidense de 1916 dirigida por Thomas Dixon Jr y es la segunda parte de El nacimiento de una nación , dirigida por D. W. Griffith.
Por aquel entonces no estaban muy claros los temas de derechos de autor ya que Dixon hizo su película sin pedir ningún tipo de autorización a Griffith que había filmado la original.
Tampoco da para rajarse las vestiduras por El nacimiento de una nación porque es un film racista y que coquetea con el Ku Klux Klan .
La receta se replicó en todas partes del mundo incluso en el Río de la plata.
El personaje Cándida de la actriz argentina Niní Marshall tuvo 6 películas
Cándida, Los celos de Cándida, Cándida millonaria, Cándida la mujer del año, Santa Cándida y Cleopatra es Cándida. Ni la saga de libros infantiles de Teo se atrevió a tanto.
A partir de los 70’s empezaron a cobrar un mayor sentido dentro de la narrativa cinematográfica las secuelas
El Padrino 2 se consolidó como uno de los mayores logros cinematográficos de todos los tiempos, no solo como una secuela, sino como una obra independiente que logró explorar más a fondo el ascenso y caída de los Corleone, algo que la primera película solo esbozaba. Con el éxito arrollador de Star Wars (1977), los estudios vieron que las audiencias no solo querían más historias sobre los mismos personajes, sino que deseaban más profundidad, mayor exploración y expansión del universo creado.
Esto quedó patente con secuelas emblemáticas como El Imperio Contraataca (1980), una obra que no solo cumplió con las expectativas de los fans, sino que las superó al presentar una narrativa más oscura y compleja. Aquí se gestó el concepto de que una secuela no solo debía extender una historia, sino también ofrecer una experiencia diferente que justificara su existencia. A este fenómeno se unió otra saga como Indiana Jones.
Durante los años 90 y 2000, las secuelas comenzaron a diversificarse aún más. Películas como Terminator 2 (1991) y El caballero de la noche (2008) demostraron que una secuela bien realizada podía igualar, o incluso superar, a la original.
Por su parte Mad Max: Fury Road (2015) o Logan (2017) demostraron que una secuela también puede ofrecer una reinvención radical.
Si bien algunas secuelas siguen siendo meras prolongaciones comerciales, otras se han convertido en piezas significativas, capaces de redefinir géneros y expandir universos narrativos.
En el mundo de las diversificaciones hemos asistido a fenómenos como las precuelas, en las que Star wars fue una de las abanderadas, pero no alcanzando el nivel de las primeras películas.
En los últimos tiempos se ha incursionado en un nuevo concepto, las recuelas, una mezcla entre remake y secuela. Muestra de ello es Gladiador 2 estrenada en éstos días , la película es muy similar a la anterior en su primera hora y en la medida que avanza la historia se va modificando.
Los vericuetos del mercado y las ideas de los guionistas (o la falta de ellas ) nos dirán por donde seguirá ésta historia.
A propósito ¿Qué otras segundas partes recuerdan como mejores que las originales?
Hasta la próxima.
Shrek II
ResponderBorrarNo sé si está considera segunda parte, pero en mi humilde opinión Better call Saul supero a la multipremiada Breaking Bad.
ResponderBorrarGracias.
"La conspiración de los boyardos", segunda parte de "Ivan el terrible" de Eisenstein.
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