Quería realizar múltiples consultas, me sentía
abrumado ante la información recibida, sobre todo en el aspecto técnico. Me
sorprendía que hubiera transcurrido casi un siglo entre el descubrimiento de
los beneficios de la técnica radioquímica y su intención de aplicarla en restos
no orgánicos, aunque más no fuera por hacer un experimento.
Igualmente comprendía también los tiempos de los
investigadores y el sujeto a investigar, ni hablar de lo que puede significar
para los paleontólogos volver a teorizar sobre la evolución del ser humano. Sobre todo tenía que comprender los intereses que se generan en materia
económica con este tipo de cruces de caminos, fondos de sumas grandiosas que se
han invertido en la investigación, desde universidades hasta fondos de índole
privada. Pero ese es un tema en el que no quería pensar, al menos por el
momento, porque ese punto es sin dudas el más oscuro en todo lo que se refiere
a la cultura universal.
Me preparaba para mi última hora de conversación con
Victoria y Joao.
Al acercarme a ellos me puse a pensar cómo había llegado a este punto. Sin dudas Victoria había hecho un buen análisis de nuestra amistad y de mis intereses referidos al arte y sobre todo a la historia de arte. Nos conocíamos desde hacía más de 40 años, de algún modo pertenecíamos a la misma generación de artistas y críticos de arte, tomamos caminos diferentes, por mi parte creyendo en los artistas por sobre la obra que crearan y por parte de Victoria creyendo en el arte por encima del artista, justificando la técnica sobre la obra.
Joao sonreía mientras me sentaba a su lado y me estrechaba la mano. Ese hombre me causaba una sensación de tranquilidad, su convencimiento me convencía de que lo que trataba de demostrar era un tema crucial. Lo observé con detenimiento, un porte de hombre de biblioteca con su portafolio y sus marcadores en el bolsillo siempre a mano, y a pesar de todo tenía en sus manos y sus rasgos las marcas de trabajo a la intemperie de las largas jornadas escarbando en tierra y barro llenas de musgo y humedad desenterrando la historia.
Ese hombre de porte mediano y una incipiente
calvicie me caía bien.
Las preguntas comenzaron, las respuestas iban y
venían, por mi parte tomaba notas de todo y por supuesto grababa la
conversación. Lo que comenzó como una conversación para explorar si había una
posible columna se convertía poco a poco en un reportaje sobre paleontología y
arte rupestre. Mi cabeza no podía dejar de analizar lo que había escuchado en
los anteriores encuentros e ir hilvanando lo que me aportaban ahora mis
entrevistados.
Cuando consulté a Joao sobre el momento en que comenzó
con esta cruzada, esbozó una sonrisa y se acomodó en la silla.
-Todo comenzó en el año 1996, ya llevaba un largo tiempo desenterrando vestigios del paso de los neandertales por Portugal, cuando leí un artículo donde se hablaba sobre la imposibilidad de que ambas culturas hubieran coexistido.
Eso me llenó de indignación, para mí era todo lo
contrario. Es más: una cultura terminó absorbiendo a la otra y así le dio paso a
la evolución del hombre tal cual lo reconocemos hoy, al menos en Europa.
La revista Nature publicó un hallazgo hecho en Francia de restos de utensilios que se databan de unos 34000 años. Fue un descubrimiento de herramientas hechas en piedra de
una "tecnología" avanzada, del tipo chatelperroniense. Claro que este hallazgo era algo sensacional.
Sin embargo, los científicos comentaron que era
imposible que fueran neandertal, que ellos no tenían la capacidad de comunicar simbólicamente
nada, que no eran tan inteligentes y que debían ser copias hechas a homo
sapiens.
Ahí fue el punto de quiebre y mi indignación me llevó a decidir demostrar que estaban equivocados.
Lo interrumpí y le pregunté si para él eran tan inteligentes, ¿cómo se extinguieron?
-No se extinguieron, son nuestros ancestros. Estudios científicos han logrado demostrar que en la población de origen europeo hay entre un 1 % y un 4% de ADN neandertal. No es mucho pero es suficiente. Basándose en investigaciones se ha llegado a la conclusión de que habría unos 20.000 neandertales en Europa, cuando llegaron entre 1 y 2 millones de homo sapiens desde África. Es claramente inevitable que una cultura prevalezca sobre la otra, lo que no pasa es que se destruya por completo su historial genético. Es por eso que los informes apuntan a que aún se conserva ese ADN neandertal en nosotros.
Nos levantamos de nuestros asientos, yo me sentí atónito
con esta información.
Le di un abrazo apretado a Victoria, agradeciéndole por la invitación y prometiendo escribir esta historia.
También abracé a Joao y le di las gracias por su
tiempo y la investigación. Le pedí que me enviara los informes científicos para
la publicación.
Me fui caminando despacio y las palabras de Joao resonaban en mi cabeza: "los neandertales no se extinguieron".
Debo haber visto 20 documentales y otro tanto de charlas al respecto. No se por qué me atrapa este asunto, el qué pasó con nuestros antepasados, como se pobló el mundo, como llegamos a ser quiénes somos. Gracias por hablar del tema.
ResponderBorrarGracias por la lectura, me quedó mucha información por compartir, ya se vendrá una columna actualizada. En verdad un tema muy lindo
BorrarQue interesante! espero las próximas columnas. La historia se reescribe continuamente
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