Las comedias románticas en general han sido subvaloradas por la crítica. Muestra de ello es que son pocas las que han ganado premios Oscar en rubros importantes.
Julia
Roberts es la confirmación de lo que les vengo contando, es una gran actriz (de
comedias románticas es la mejor de su generación) y lo demuestra su carrera.
Mujer
bonita (1990) la
tuvo nominada al Oscar como mejor actriz pero perdió con Cathy Bates por su actuación
en Misery.
En la
segunda mitad de los 90 tuvo una seguidilla de comedias, no todas brillantes,
pero sí con un piso de calidad. La boda de mi mejor amigo (1997), Notting
Hill (1999) y Novia fugitiva (1999).
Sin embargo tuvo
que hacer un drama para poder ganar su primer Oscar, Erin Brockovich (2000).
En este
repaso de películas de Roberts, hay dos que pertenecen a un subgénero dentro de
las comedias románticas: las de casamientos.
Hable ahora o calle para siempre
La famosa frase por supuesto tiene un origen verdadero varios siglos atrás: el principal motivo por el que una persona podía irrumpir en ese momento, era para dar fe que la novia no era virgen. Con los años entró en desuso tanto la frase, como llegar virgen al matrimonio, pero el cine se encargó de mantenerla viva… a la frase. Usándola como un momento de incertidumbre en la trama de muchas comedias.
Si bien es un subgénero muy hollywoodense, nos enfocaremos en tres directores nacidos fuera de EEUU que enaltecieron la comedia.
El primero
es el británico Mike Newell , que estrenó en 1994 un clásico: Cuatro bodas y
un funeral, la película que catapultó a Hugh Grant a la fama mundial y que
supo tener reconocimiento tanto del público como de la crítica especializada.
De ahí en más, Newell filmó mucho en EEUU, entre otras, La sonrisa de Mona Lisa, Grandes esperanzas y Harry Potter y el cádiz de fuego, pero ninguna llegó al nivel de Cuatro bodas.
El segundo
es el australiano P.J. Hogan, director de El casamiento de Muriel , una comedia
de 1994 muy divertida, que detrás de la historia de una chica ingenua, cuyo
máximo sueño era casarse, nos instala temas como la independencia económica de
las mujeres, la inmigración ilegal, el culto al cuerpo y -por supuesto- el amor
verdadero. Hogan, tres años más tarde, ya instalado en EEUU, dirigiría La boda
de mi mejor amigo.
Y por último hablaremos del director taiwanés Ang Lee, un consagrado, ganador de varios Oscars, primero por mejor película extranjera con El tigre y el dragón (2000) y dos veces como mejor director por la recordada Secreto en la montaña (2005) y Life of Pi (2012) , además de otras muy buenas también como Comer beber amar (1994) o Sensatez y sentimientos (1995).
Pero para llegar
a Hollywood tuvo un trampolín , y esa película es la joya escondida de esta entrega. Se llama El banquete de bodas (1993).
El banquete
de bodas cuenta la historia de Wai Tung,
un joven taiwanés que vive feliz en Manhattan con su novio Simon. Sus padres ya
jubilados que viven en Taiwan, ignoran que su hijo es homosexual. Ellos están
preocupados por la soltería de su hijo y se lo hacen saber constantemente.
Por su parte, Wai que es agente inmobiliario, tiene como inquilina a una joven china
indocumentada que acaba de perder el trabajo. Con estos elementos sobre la mesa,
a Simon (novio de Wai) se le ocurre realizar
una boda entre su novio y la inquilina ilegal.
El plan era
perfecto, Wai podría tranquilizar a sus
padres, obtendría beneficios fiscales
por formar una familia y a su vez su inquilina pasaría a ser legal. Win win.
Pero sus
padres deciden viajar a Nueva York a organizar el casamiento perfecto.
Esto es solo el principio de una historia muy
divertida pero que no deja de reflexionar sobre el choque generacional, el
miedo a salir del closet (hace 30 años no era habitual en el cine), el choque
cultural occidente oriente y varios ítems más que no nombro porque revelaría
demasiada información sobre la historia.
Dura 1 hora
42 minutos, cuenta con una calificación de 7,3 en IMDB, 97% de aprobación de la
crítica y 87% de la audiencia en el Tomatómetro.
Está
disponible en Youtube en su idioma original con subtítulos:
La invitación a la boda está hecha.
Hasta la próxima.
"La boda de mi mejor amigo " es LA comedia romántica.
ResponderBorrarLa escena en el restaurante es inolvidable
BorrarSi habré escuchado esa frase en las clasicas comedias (Argentinas y Centroamericanas).
ResponderBorrarLo que no sabía, era su origen.
Muy buena columna 👏
Un clásico de las telenovelas
BorrarPobre Julia, Cathy estaba intratable en Misery.
ResponderBorrarCathy si te agarraba te quebraba los tobillos
BorrarAmo a Julia Roberts! y 4 bodas y un funeral me encanto!!
ResponderBorrarJulia es encantadora
Borrar"No olvides que tan sólo soy una chica, parada frente a un chico, pidiéndole que la ame." -Notting Hill. Puedo verla mil veces.
ResponderBorrar❤️💯
BorrarUfff! ❤️
ResponderBorrarMierda, la única comedia romántica que ví fue "Cuatro bodas y un funeral". Que temún aparte: i feeling in my finger... Canten p...!!!
ResponderBorrarHay un mundo por descubrir.Otra buena es Cuando Harry conoció a Sally
BorrarAlgo hay de cierto en que las comedias románticas no son tomadas con la seriedad que merecen. Quizás porque es un género donde es difícil encontrar películas que no sean dirigias a adolescentes.
ResponderBorrarHago un paréntesis, ya que lo nombraste, sobre Ang Lee: qué película "El tigre y el dragón". Hermosa desde donde la mires. Tiene dos grandes historias de amor y uno de los finales más poéticos con la escena de la cascada a donde se arroja Zang Ziyi