Ciencias de la Comunicación.
Abstract: Reflexiones con algún salteado ton, y algún que otro son, sobre las Ciencias de la Comunicación, elucubradas directamente desde la esquizofrenia del Autor. Se recomienda leer bajo la supervisión de su Terapeuta.
Tiene un lugar en amplios sectores académicos, y está presente transversalmente en toda cotidianidad. Tenemos como sociedad, en nuestra mayoría, la falsa percepción, de que estas Ciencias, únicamente impactan en los Medios de Comunicación masiva, y más recientemente en las Redes Sociales.
Esta habilidad (o impericia) de contactarnos, de expresar, manifestar, decir, oír, escuchar, leer, codificar y decodificar, es puesta a prueba, perennemente en todo ámbito. En el familiar, en el laboral, en el estudiantil, en el gremial, en el político, en el tránsito, en el culinario, en el recreativo, y podría seguir la lista enumerando todas y cada una de las actividades humanas, y más. El potus nos comunica como está. Qué necesita. Más agua. Más luz. O, menos agua, menos luz.
Que nosotros decodifiquemos, y entendamos cabalmente cuál es el mensaje de este Ser Vivo del Reino Vegetal, depende de nuestra habilidad (o impericia), para saber interpretar su Código de Comunicación. Algo similar (bah, idéntico), sucede en cada uno de los intercambios de unidades de información, que compartimos con propios y ajenos.
El doble juego de codificar-decodificar es permanente, y en las menos veces, cien por ciento (100%) eficiente. En esa interacción siempre se pierden fragmentos (con suerte sólo fragmentos; sin suerte, el paquete entero) semánticos, que están contenidos en la Emisión, y a pesar de que, el signo lingüístico sea inalterado a través de la Transmisión y en la Recepción, el Mensaje rara vez concuerda al ciento por ciento con aquello que el emisor intenta comunicar.
Dentro de este panorama tenemos un gran abanico de posibilidades para lograr una buena Comunicación, y gran parte del éxito consiste en dos simples pasos:
1 – Prestar atención (suena simple, mucho, pero no lo es tanto)
2 – Preguntar para evitar ambigüedades (puede resultar engorroso, pero evita muchos malentendidos)
Estos simples pasos, que nos pueden ser muy útiles a los efectos de entender cuando somos receptores, tienen su contrapartida cuando nos toca el rol de enunciación.
1 - Asegurarnos que nos estén prestando la atención debida
2 – Preguntar, cuando sospechemos que lo medular de nuestro mensaje tiene un AIDA (Alto Índice de Ambigüedad).
La ingeniería léxica que nos comunica, es perfecta. Lamentablemente, nosotros, los humanos, debemos esa materia, y más lamentablemente, muchos de nosotros, empedestalados, atribuimos la falta de entendimiento a las pajas en los ojos ajenos, antes que a las vigas en los nuestros. En otras ocasiones, atribuimos los malentendidos al hecho de que el canal de Comunicación no fue el mejor, ya sea por interferencias, o por falta de pertinencia. Y es en este último punto, donde nos debemos, como Sociedad de la Información, tener en cuenta cuál es el Medio ideal para entendernos de la mejor manera posible, acorde a cada situación.
Las avalanchas de trastornos de ansiedad y otras patologías que se han disparado en las últimas dos décadas, tienen,sin lugar a dudas, una gran raigambre en la mediatización de la Comunicación interpersonal.
El ghosting (alguien con quien nos comunicábamos habitualmente a través de Redes Sociales, desaparece “virtualmente”), mensajes (texto, audio, video) que se viralizan sin consentimiento de quienes los crearon, la espera de que los dos tics se pongan azules, la incertidumbre cuando el que aparece durante un largo rato (horas, días, para siempre) es un solo tic, la urgente necesidad que nace al instante en que se ponen azules, que también puede durar demasiado (minutos, horas, días, más), y una larga lista que podríamos seguir enumerando, pero no queremos aburrirles más con estos ““devaneos sesudos”” que prudentemente en 2009 el editor del Semanario *** **** ***, calificó de impublicables por ser ***********, y hoy, llegan a ustedes para que certifiquen y comprueben, lo atinado que estuvo mi querido jefe de aquel entonces, y el desatino de quien dirige esta TED (Tribuna de Expresión Digital).
Va a haber pistas para identificar el semanario?
ResponderBorrarHabrá que seguir leyendo para adivinar!! :)
3 letras, 4 letras, 3 letras.
BorrarSemanario Las Tres Ene?
"The Puto Amo", gran semanario. No demasiado humilde.
ResponderBorrar¿"Devaneos Sesudos" es un nombre de origen griego, no?
ResponderBorrarUn saludo al viejo Aristides Sesudos, que todavía me debe algunos dracmas.
Leer esta columna me obligó a una dosis extra de antitranspirante. Se sudó mucho con tanto devaneo sesudo y con la reflexión, se suda. Debe ser mi culpa, por sudar acá, en Uruguay, siendo sudaca.
ResponderBorrarExcelente reflexión e inicio de espacio!! coincido plenamente con lo planteado, ojalá sirva este espacio para reflexionar y autocriticarnos lo necesario como seres comunicacionales.
ResponderBorrarEntre tanto Devaneos, recién veo que había dejado todos estos mensajes pendientes. Con las disculpas del caso, les agradezco el tiempo y los alentadores conceptos.
ResponderBorrarEl nombre del Semanario, está directamente vinculado "nomenclatoricamente" a una Ciudad (y también Departamento) del Uruguay. Quizá más pistas en entregas venideras.
El traído de los pelos oxímoron Devaneos Sesudos, es de origen afroalbino, descendiente directo de Heidi y Shaka Zulú. En temerario geográfico promedio, podríamos sí, inferir cierta helenidad en su ADN.
Bienvenida siempre la reflexión, para descubrir nuestros yerros, futuros aciertos.
Muchas Gracias por leer y comentar.