Los Enemigos de Perón


 
Capítulo #0. Sucesos que desencadenan sucesos.

¿Por qué llama tanto la atención el peronismo? ¿Cómo es posible que haya tantos políticos de diferentes ideologías y todos sean peronistas? ¿Cuándo nació el movimiento? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cómo es posible que veamos y escuchemos tanto sobre el peronismo y siempre parezca tan complejo y confuso? ¿Son Pepe Rosemblat y Tomás Rebord verdaderos peronistas? ¿Existe el peronismo sin punteros? Estas son algunas de las muchas preguntas que motivan esta columna y que podrán ser desasnadas en cualquier otro sitio de información histórica, no aquí. No obstante, a partir de tales interrogantes me lanzo al reto de acercarles algunas pautas arbitrarias para una comprensión uruguaya del peronismo.

 “En la acción política, la escala de valores de todo peronista es la siguiente: primero la patria, después el Movimiento y luego los hombres”, enuncia la octava de las Veinte Verdades Peronistas pronunciadas ante una multitud por el ya Teniente General Juan Domingo Perón en el 5to aniversario del día de la lealtad peronista el 17 de Octubre de 1950. Quizás en esa oración se sincretizan gran parte de los elementos que conjugan la “esencia” (si existe tal) del movimiento peronista. No desde una perspectiva netamente histórica y mucho menos objetiva. Lo que intentaremos será analizar algunos conceptos y sucesos que nos permitan con nuestra lente uruguaya, interpretar fenómenos políticos y sociales particulares que comenzaron en la vecina orilla hace casi 80 años, y que aún en la actualidad se muestran inverosímiles para el ojo extranjero. Para ello, trataremos de mirar a los enemigos de Perón a lo largo de su carrera política, quienes debido a la variedad de estos se presentan como un variopinto de personajes e ideologías que resultará interesante y hasta pintoresco desandar. Pero antes, y a modo de introducirnos en las próximas columnas, repasemos brevemente el intrépido y veloz ascenso al Poder del líder más trascendente en la vida política de los y las argentinas del siglo pasado y la actualidad.

El por entonces Coronel Juan Perón, formó parte del grupo de militares (G.O.U.) que bajo golpe de Estado derrocó en Junio de 1943 al gobierno de Ramón Castillo (acusado de fraude electoral y precedido por otra dictadura) dando así por finalizada la denominada “década infame” de la historia argentina. Desde el comienzo de esta gobernanza, Juan Perón se desempeñó como mano derecha del Gral. y Ministro de Guerra Edelmiro Farrel. El 27 de Octubre lo designan para la conducción del Departamento Nacional del Trabajo. Exactamente un mes después es nombrado Secretario de Trabajo y Previsión, lugar desde el cual logra ampliar su abanico de alianzas con diversos sectores políticos-sindicales y proponer medidas concretas que impactarán en la realidad laboral de todo el país. Se avecinaba una época de gran industrialización y especializaciones en oficios como medida para potenciar el acceso a bienes de consumo de la masa laboral argentina. Este fue uno de los mecanismos que intentaba lograr una independencia económica frente al mercado internacional.

El 9 de diciembre de 1943, tan sólo 22 meses antes del Día de la Lealtad Peronista (¿día del nacimiento del Peronismo?), Juan Domingo realiza su primera visita a una asamblea obrera, de corte socialista y dónde muchos historiadores indican que fue presentado como “el primer trabajador” de la República Argentina. A partir de allí sus lazos con contados dirigentes sindicales comienzan a expandirse a una velocidad inusitada. 

En febrero de 1944 ocupa el cargo de Ministro de Guerra debido al ascenso de su superior, en julio de ese mismo año es designado Vicepresidente de la Nación, manteniendo a su vez los anteriores 2 cargos otorgados. Desde hacía un mes, Perón ya había desplegado todo su potencial en lo que concierne a uno de sus primeros y más famosos postulados “la justicia social”: la implementación de programas de asistencia social que incluyeron entre otras medidas la construcción de miles de viviendas frente a la grave situación que sufrió el pueblo de San Juan el 15 de enero cuando el terremoto más destructivo en la historia del país dejó casi 10.000 muertes y casi toda la ciudad destruida.

Este ascenso repentino tuvo dos condimentos fundamentales a mi entender: por un lado la astucia de un coronel en ascenso que comienza a ver una posibilidad de transformación social política y económica arraigada en la idea de generar una tercera posición no beligerante con ninguna de las partes en pugna (trabajadores y capitalistas; cosa que no contentó para nada a la oligarquía extremadamente privilegiada de la época). Por otro lado, se pueden apreciar un conjunto de hechos puntuales, consecuentes con las feroces internas que mantenían los militares entre sí, que llevan a Farrell al pico máximo del poder político. Agazapado a sus espaldas esperaba la oportunidad de materializar sus ideas este coronel de gran carisma e intachable oratoria. 

Es diciembre del 44, y mientras se aprueba el régimen de jubilaciones para empleados de comercio, la primera manifestación multitudinaria en apoyo a Perón estimada en 200.000 personas escuchó atentamente un discurso cargado de románticas frases pro-laboristas y de apoyo al sindicalismo organizado en derechos y deberes. Para entonces ya habían impactado positivamente en el imaginario colectivo social y en la materialidad económica de las familias, las leyes que aseguraban la indemnización por despido a todos los trabajadores, el Estatuto del Peón de Campo, el Estatuto del Periodista, la creación de escuelas de oficio y convenios colectivos particularizados por ramas.

Durante la segunda mitad de 1945 llegará a la Argentina un personaje clave. A quien denominaremos aquí como el primer enemigo de Perón, el embajador estadounidense Spruille Braden y a quien abordaremos en nuestra próxima entrega. Solo diremos por ahora que logra reunir a toda la oposición del dúo Farrell-Perón y genera una gran campaña mediática que impactará en toda la sociedad. La opinión pública se debatía entre dos densos conceptos políticos: por un lado Perón fomentaba los beneficios de la justicia social mientras recibía los embates de sus opositores quienes bajo el lema de la democracia acusaban de fascista a un gobierno que poco podía argumentar en favor de esa bendita palabra. El quiebre se dio en Octubre, cuando pareció por algunas horas que Perón sería borrado del mapa. Para ese momento sus opositores internos en el Gobierno logran forzar su desplazamiento. El 12 de ese mes mientras el país “celebraba el día de la raza” y 4 días después de haber cumplido 50 años, Perón presentaba su renuncia y daría un discurso clave de despedida utilizando la cadena nacional en agradecimiento al pueblo e instando a defender las conquistas obtenidas. Quizás la decisión ya estaba tomada o quizás fue a raíz de ese suceso, la cuestión es que al día siguiente es detenido y poco se sabe de su condición durante las siguientes horas. Cinco días después, mientras se encontraba detenido en el hospital militar, sus principales dirigentes aliados convocan una caravana principalmente desde el conurbano sur agitando a toda la población a sumarse al evento, la consigna era pacifista y alegre: exigían la libertad del “primer trabajador”. Nadie se imaginaría que el revuelo sería tan grande que los gobernantes deberían dar muestras claras y rápidas si querían evitar una masacre en la Plaza de Mayo. Es así como Perón es llamado a la Casa Rosada, negocia su liberación, procede a calmar a su multitud y a la vez inicia su campaña electoral hacia el inminente sufragio que ganaría a comienzos del año siguiente.

Pareciera no poder distinguirse qué elementos tuvieron más peso en el desenlace narrado. Si el repunte económico de gran parte de la población económicamente activa, si el ferviente deseo de toda una nación por tener un gobierno populista elegido en elecciones después de una seguidilla de dictaduras que parecía interminable, si la alianza e incorporación estratégica de diversos sectores del país a un Estado Nacional previsor y asistencialista, si la modificación constitucional que permitió la reelección del gran líder. A fin de cuentas, podemos decir que Juan Perón supo estar y actuar en los momentos indicados para acumular poder político sobre todo desde su llegada al Gobierno de facto. Y la división de clases que él quería evitar, pareció ser “la grieta” por la que se filtró toda el ansia de justicia del pueblo argentino, ya malherido por décadas de violencia institucional. Y en consecuencia, se llamó Peronismo a partir de ese momento a toda aquella posición que defendiera tanto los avances en derechos civiles como también los principios morales (y universales) que Perón supo condensar en su doctrina. Por ende, lo que quedará en la vereda de enfrente será la oligarquía, los gorilas, el antiperonismo.

Paradójicamente años después, parte de quienes levantaron sus banderas se verían enfrentados a su líder, pero eso será letra para otra oportunidad, por suerte -ó no- tenemos muchos enemigos de Perón para analizar.

Comentarios

  1. Ah, pero muuuyy bieen

    Los muchachos peronistas...

    ResponderBorrar
  2. Muuy interesante, muuy. Creo que cualquier rioplatense que se precie debe conocer y entender, en el amor o en el odio, la figura de Perón. Seguramente ya lo tenés pensado, pero me gustaría ver por parte tuya el tema de las relaciones de Uruguay con Perón, especialmente bajo Batlle Berres.
    pd. la esposa del primo de mi señora, que es argentina, es Farrell de segundo apellido, y tienen campos en Santa Fe.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Salude al primo de su segnora, Colin, el actor de Jóligud, lindo botija.

      Borrar
  3. El General vive en sus obras y en su pueblo.
    https://jdperon.gov.ar/wp-content/uploads/2023/09/Marcha-de-los-Muchachos.jpg
    Que vuelva...

    ResponderBorrar
  4. De enemigos de Perón tenemos dos o tres temporadas.

    ResponderBorrar
  5. Gracias por sus aportes estimados. Tal como dicen hay mucho hilo en el ovillo de lana peronista. ¡Qué notición ese Diego!, ya podemos empezar por convencer a tu compañera, luego al primo y luego a la esposa para que nos entreguen una tierrita para la reforma agraria que el General tanto hubiese querido! (dijo nunca nadie).

    ResponderBorrar
  6. Muy interesante, adelante!! cn los muchachos peronistas y los que no.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Antes de publicar, piense si su mensaje puede llegar a herir a alguien. Gracias.