Salvador Pinchazo: jugó su mejor partido en el arco albo. Claro,
luego vemos en las estadísticas que Boca no pateó ni una sola vez
al arco. Al
menos no se metió las que iban afuera (4).
Lozano: otro
que rayó a gran altura (3).
Boca Negra: lástima
que no anotó porque el titular de la diaria se hacía solo. Jugó gran partido,
mejorando lo hecho por Noguera sobre todo en el juego por bajo. Una peinada
hacia atrás casi termina con el gol del triunfo xeneize (5).
Polenta: sigue siendo el mejor zaguero gordo del mundo. Carpeteó (6).
China Báez: ayer a
la salida del Gran Parque ya había socios juntando plata para erigirle un
monumento al mejor lateral izquierdo tricolor de la década. A los cinco minutos
ya había superado lo hecho por Cándido en materia de marca, y antes de jugar ya
había superado lo hecho por Keke en materia ofensiva. Nace un ídolo (4).
Edil Torito
Rodríguez: desde que Caro no compareció ante la Junta que no se indignaba tanto
como cuando lo hicieron salir tras haber perdido el conocimiento. Se
preocuparon cuando retomó la conciencia y preguntó por el Antel Arena (S/C).
Ingresó por él
el juvenil Helguera: bisoño, desfachatado, carasucia, atrevido. Pero esto es
fútbol, no es el Show de Benny Hill. Juega como jugaba ONeill cuando ONeill tenía
28 años, pero no: tiene 17. Hay futuro (5).
Yonatan: figura
del partido, a minutos de que se olviden de que le hizo un toto giggio a la
hinchada tras anotarle a Racing (7).
Trezza: jugó
en su nivel. ES decir, mal. Pero con convicción (3).
Fragúndez: se
acuerda lo que dijimos ayer? Que dependía de las ganas que tuviera de jugar?
Pues bien, las ganas le duraron 50 minutos (3).
Didí: el
dueño de la fantasía. Diga que es pelado, medio retacón y tiene casi 32 años.
Que si no, tenía sus días contados en el club albo (7).
Golerrado
Ramírez: fiel a su estilo, erró un gol que por ahí lo hacía Graciela Bianchi
disfrazada de Power Ranger violeta. Es uno de los hombres que erra los mejores
goles del mundo. Cerca de tu techo futbolistico (4).
Ingresaron:
Damiani:
batalló (4).
Chory Castro:
jugó 10 minutos y generó sensaciones similares a las que generó Ruben Sosa en
el partido ante Deportivo Táchira válido por la Libertadores de 2004, con resultados
análogos. Tuvo un tiro libre al borde del área, pero como es humilde se lo
cedió al colombiano. Si fuera medio sorete y egoísta le pegaba él y la clavaba
contra el palo (4).
Y creo que entró
algún otro pero me olvidé.
El técnico Guti: hizo su negocio. Demostró una vez más que es un gran motivador, y que las nuevas tendencias que hablan de tener la pelota, pararse en terreno rival y todas esas mentiras que nos han querido meter en la cabeza las multinacionales del fútbol, son, precisamente, modas destinadas a desaparecer en el corto a mediano plazo (6).
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