Ya estamos recorriendo los últimos días del año y como siempre en esta época, surgen rankings y resúmenes por doquier. En materia de cine mainstream este año quizás no ha sido de los mejores, son pocas las grandes producciones que gustaron tanto al público como a la crítica. Pero pese a esto, si hay un género que ha tenido un gran 2025 es el terror. Muchas de las producciones de este tipo han sido reconocidas en cuanto a su calidad y la temática tratada, algo que, sin dudas, vale la pena destacar.
Aquí un pequeño repaso sobre algunas de las películas que pudimos ver en este año que termina.
Tuvimos nuestro momento de despedida:

“The Conjuring: Last Rites”, dirigida por Michael Chaves, protagonizada por Patrick Wilson y Vera Farmiga, quienes, por última vez, interpretan a Ed y Lorraine Warren, personajes que ya son inseparables de estos actores. La sensación de despedida se palpa en todo momento durante su visionado, configurando una verdadera carta de amor a los intérpretes. La trama va discurriendo entre el tono emocional y el terror. El primero, se centra fundamentalmente en los Warren, su vida ya retirados de la acción, su vínculo con su hija Judy, quien en esta oportunidad tiene un peso mayor. El segundo, por su parte, centra su atención en la familia de turno, acosados por un ente demoníaco, que hace de sus vidas un infierno. Aquí está uno de los puntos flacos de esta película, la preeminencia que se le da al relato sobre la vida de los Warren hace que la familia víctima sea un poco dejada de lado. Esto ocasiona que la sensación de miedo quede limitada a algún que otro jumpscare predecible. El desenlace es predecible y la tensión ausente, pero pese a esto, si hay un vínculo afectuoso con los personajes, se disfrutará la despedida.
Nuestra reflexión sobre las relaciones de pareja:

“Together”, dirigida por Michael Shanks, protagonizada por Dave Franco y Alison Brie, tiene como elemento fundamental en su historia a la alegoría que acerca de la toxicidad en una relación, lo que queda demostrado en la forma en que los protagonistas se tratan, como se dicen las cosas y las decisiones que toman, todo amplificado con el elemento sobrenatural. Una vez agregado este, el body horror determina a sus protagonistas y hace que su situación vaya empeorando cada vez más hasta llegar a su desenlace. Las secuencias están bien logradas, hacen que las imágenes sean inquietantes y si el espectador es impresionable surten efecto. Aunque el mayor debe de la película, está en que, si bien se pretende generar miedo, termina decantándose en una comedia de terror, cosa seguramente buscada por sus realizadores. El desenlace no hace más que reafirmar la alegoría y la escena final puede sacar al espectador de la experiencia, pero, dentro de lo planteado por la película y lo que pretende transmitirnos es perfectamente lógico.
Nuestra historia contada de forma diferente:

“Weapons”, dirigida por Zach Cregger, protagonizada por Julia Garner y Josh Brolin, juega con el cambio de tono conforme la historia va avanzando. Por momentos el que prima es el suspenso, en otros el terror e incluso el humor. La premisa de la película parte de que, en un pueblo norteamericano en una noche, a la misma hora y por razones que se desconocen, diecisiete niños de un grupo desaparecen sin dejar rastros, lo cual desata el caos en la comunidad, representada en la figura de uno de los padres de los desaparecidos, interpretado por Josh Brolin, y fundamentalmente en la vida de su maestra, muy bien interpretada por Julia Garner. Lo mejor está en la forma en la que se nos cuenta la historia, ya que aquí sus realizadores no optaron por una narrativa lineal (comienzo, desarrollo y final) sino por una atomizada, en la que vamos conociendo desde la perspectiva de diferentes personajes lo que está ocurriendo. Por tal motivo el espectador tendrá que ir armando el rompecabezas hasta que se llega al desenlace. Claramente estamos ante una apuesta arriesgada como producto, algo que se agradece en estos días. Más que una película de terror estamos ante un cuento de terror, de esos que al estilo de los hermanos Grimm asustarán a los niños y jugará con uno de los miedos más arraigados de los padres.
Esa historia que nos destruyó emocionalmente:

“Bring her back”, dirigida por Danny y Michael Philippou, protagonizada por Sally Hawkins, Bill Barratt y Sora Wong. Nos cuenta la historia de dos hermanastros, quienes, tras una tragedia familiar, quedan bajo el cuidado de Laura, interpretada por Hawkins, quien también viene de sufrir una pérdida muy importante. Estamos ante una historia con mucho dramatismo, se entremezclan el drama y el terror. Está marcada por la tristeza, los traumas y las decisiones tomadas a consecuencia de lo que han pasado los personajes. Desde que conocemos al personaje de Sally Hawkins, sabemos que sus aparentes buenas intenciones ocultan algo siniestro. El panorama macabro se completa con la presencia de otro niño, a quien da vida Jonah Wren Phillips, en una interpretación perturbadora, inquietante y terrorífica. Así el drama intenso domina casi toda la película mientras el terror va en crecimiento, incluso con momentos de body horror que afectarán a los espectadores sensibles. Todo coronado con un desenlace a la vez intenso y desesperanzador.La historia que nos hizo bailar al ritmo del blues: “Sinners”, dirigida por Ryan Coogler, protagonizada por Michael B. Jordan por partida doble. La música es un elemento fundamental de la película, se cuenta que cuando es interpretada por ciertos sujetos es tan pura que ocasiona que los límites de la realidad se vuelvan difusos. La trama puede dividirse en dos partes, cada una de ellas con sus diferentes capas. Se realiza un recorrido por el sur estadounidense en plena época del segregacionismo racial, por lo cual, hay una descripción de la sociedad, la opresión y discriminación existente sobre los afroamericanos. En cierto momento se presencia la escena más surrealista de la película, plasmada en un gran plano secuencia en el que la música rompe los límites del tiempo, pasado, presente y futuro se conjugan de tal manera que se termina atrayendo a la verdadera amenaza, sellando así, el destino de los personajes. Se tocan a lo largo de la película muchísimos temas, algunos de forma más clara y profunda, otros más superficial. Uno de los elementos centrales de esta historia es la búsqueda de la libertad, aunque ésta sea meramente una ilusión. Estamos ante una muy buena experiencia cinematográfica y pese a algún que otro detalle que se podría mejorar no cabe duda de que se disfruta en grande, y su blues.... gracias por tanto blues....
Si bien estamos en el momento en el que el 2025 está terminando, el 2026 ya se está divisando frente a nosotros. Con muchas historias que vendrán, y esperemos, nos conquisten a todos los amantes del cine.
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