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Theodore Roosevelt, gran consumidor de café, que supiera "apurar" a la FDA para aprobar la sacarina. |
Intro
Consumimos más bebidas con edulcorantes artificiales que los naturales como la sacarosa o la vieja "azúcar de caña".
Por eso, antes de escribir una colu(c)na "amarga" o al menos "amargada", investigué (¿?) sobre sustitutos del "elisssir" de todo diabético.
Sustitutos naturales del azúcar
Brazzein,
Curculin, Eritritol, Fructosa, Glicirricina, Glicerol, Hidrolizados de almidón
hidrogenado, Lactitol, Lo Han Guo, Mabinlin, Maltitol, Maltooligosacaridos,
Manitol, Miraculin, Monellin, Pentadin, Sorbitol, Stevia, Tagatose, Taumatina,
Xilitol.
Sustitutos artificiales del azúcar
Acesulfamo K, Advantame, Alitame, Aspartame, Ciclamato, Dulcin, Glucin, Isomalt, Neohesperidina dihidrocalcona Neohesperidina DC , Neotame, P-4000, Sacarina, Sal de aspartame-acesulfame, Sucralosa, Inulina.
Convengamos que algunas sustancias ya asustan al simplemente leer sus nombres.
Por eso, sepa Ustét, ¡Oh, estimado lector!, que vamos a hablar de esa sensación que a algunos abruma, eso que sería, yo para mí, pienso de qué, es el propio estado de depresión.
Sepa, además, que intentamos hablar desde la vereda del respeto. Pero además, desde el desconcierto de no saber si corresponde hablar de "Zero Chance" o "Light Chance". En dilemas así, prefiero la postura de esa filósofa de la posmodernidad, estandarte del consumo irónico, Karina Jelinek: "Lo dejo a tu criterio" (perdón si incurro en el "tuteo" por interpósita persona).
La línea argumental, es una línea curva, retorcida tal vez, en torno a la letra del tema "Zero Chance" de Soundgarden.
Un amargo final para la dulzura Grunge
Estimado lector, si el solo nombre de la neotame o la sucralosa le causa escalofríos, prepárese para el despliegue sonoro y lírico de "Zero Chance", un tema que bien podría titularse "El edulcorante que te roba el alma". Publicada en 1996 en el álbum Down on the Upside, esta canción llega en un momento bisagra para Soundgarden y para la escena Grunge en general.
Para 1996, el Grunge, esa rabia con pantalones de jean raídos y camisas de tartana con diseños escoceses (las “camisas de leñador”), ya no era la novedad revolucionaria de principios de los 90. Las grandes disqueras lo habían absorbido y el público ya estaba cansado de la autoflagelación sónica. De repente, la miseria y el descontento ya no vendían tan bien como antes.
Y en medio de ese panorama, con un aire de hastío, aparece "Zero Chance". La música, atribuida principalmente a Ben Shepherd, es una lenta y pesada letanía. La batería de Matt Cameron es densa, casi arrastrándose, como si cada golpe de tambor fuera una carga de plomo. Las guitarras de Kim Thayil son más un lamento distorsionado que un riff, creando una atmósfera tan opresiva que te hace querer abrir las ventanas, aunque sea para que entre aire contaminado.
Esta es la antítesis del Grunge en su momento de euforia. No hay explosiones de furia catártica, solo una resignación profunda, un descenso controlado a la oscuridad.
La letra de Chris Cornell: un viaje sin retorno
Ahora, si la música es la base, la letra de Chris Cornell es el postre que nadie quiere pedir.
La pluma de Cornell, siempre atormentada y poética, aquí se vuelve un bisturí que disecciona la desesperanza.
“And all the sky went silent / Cracked like glass
and slowly / Tumbled to the ground”
En estos versos, el icónico "Black Hole Sun" reaparece, pero ya no como una metáfora de algo abstracto o cósmico, sino como una realidad.
El silencio del agujero negro no está afuera, sino
dentro, consumiendo la mente. No hay escapatoria.
No se trata de una depresión adolescente; es una depresión adulta, pesada y sin glamour, donde la psicología se cruza con la sociología.
I'm thinking of
your highness / And crying long upon the loss / I've found
El contrapunto entre la “majestuosidad” y la “pérdida”, habla de bancarrota y también de un quiebre emocional.
La letra emana determinismo fatalista. La canción sugiere que el destino ya está escrito.
And on the plus and minus / It's a zero chance of
ever / Turning this around
They say if you look hard / You'll find your way back home / Born without a friend / Bound to die alone
No hay escapatoria, no hay luz al final del túnel. Esta perspectiva fatalista puede entenderse como el eco de un sentimiento colectivo de finales del milenio: la sensación de que, a pesar de la bonanza económica de la época, la alienación y la falta de propósito eran la verdadera pandemia. Cornell, a su manera, estaba cantando sobre la precariedad emocional y espiritual de la sociedad del consumo, un tema que, a la luz de los años y de su propio trágico final, adquiere un peso aún más doloroso.
También, pienso en las reiteradas ocasiones en que esta sociedad de la autoexplotación y el consumo, al decir de Byung-Chul Han, se relame en espirales de complacencia y compasión.
Qué decir si alguien cercano, trata de convencernos, cuando estamos en algún pozo, de que debemos esforzarnos en sentirnos mejor, de que tenemos todo para ser felices y algún otro argumento que en lugar de tranquilizarnos, nos obliga a contener a ese potencial asesino... Ese monstruo que nos desgarra las entrañas con la misma hacha que luego usaría para romper la crisma del estúpido de turno, que nos exige ser funcionales a la mentira de la felicidad impostada.
La esperanza está agotada, cansada. La sensación de que no importa cuánto te esfuerces, el resultado será siempre el mismo. "Zero Chance" es un lamento existencial, un grito silencioso. Es la canción que uno escucha cuando ya no queda energía para gritar. No es casualidad que haya sido escrita en una época en la que el éxito masivo de Soundgarden comenzaba a sentirse más como una jaula que como una victoria.
¿Light Chance o Zero Chance?
A diferencia de Jelinek, la canción de Soundgarden no nos da la
opción. Nos obliga a mirar de frente el vacío. Y en ese vacío, nos encontramos
con un hombre, un genio musical y un poeta atormentado, que nos dejó un legado
agridulce. Al final, los edulcorantes artificiales, por muy raras que sean sus
fórmulas, al menos nos prometen un engaño dulce. "Zero Chance", en
cambio, nos entrega la verdad más cruda y amarga: a veces, por más que
busquemos, no hay ni la más mínima oportunidad de salvación.
Cerremos con música. Esta vez, con una versión o cover. Primero, revisen el “Canal de Shutú” de este artista Nathan Wesley, porque es realmente muy bueno.
https://www.youtube.com/c/NathanWesleyArt/videos
El logo es espectacular, con alguna referencia a Dream Theater.
Luego, la versión de “Zero Chance”, solo con su guitarra y su voz.
Dondequiera que estés, Chris Cornell, espero reencontrarte, cuando me toque partir de esta dimensión. Mientras tanto, sigo intentando tener la máxima cantidad de posibilidades, porque la certidumbre de la unicidad asusta más que la libertad de tomar mis propias decisiones.
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