El Conjuro: Últimos ritos, entre el homenaje y el terror.

 



Desde su creación el cine nos ha maravillado con un sinfín de historias que han hecho volar nuestra imaginación, llevándonos a diferentes mundos y conociendo todo tipo de personajes. Estos son la base de estas historias y con quienes nos vinculamos, generando así, todas las emociones posibles. Y si hablamos de personajes, en la recientemente estrenada “El Conjuro: Últimos ritos” vemos el gran reconocimiento que se le profesa a Ed y Lorraine Warren, base de esta saga.

 Podemos afirmar con cierta certeza que en lo que va del año, en materia de cine estamos frente a uno que viene siendo un poco chato, pocas producciones han destacado en los meses que llevamos, pero si hay un género al que no hay que atribuirle esto es al terror. La calidad de sus películas es, en general, muy buena, ejemplos de ello son "Sinners”, “Bring her back”, “Weapons” y “Together”, sobre las que se ha escrito mucho y han sido bien recibidas por la crítica y los espectadores. Con el estreno de la nueva entrega de la saga de “El conjuro” la pregunta se plantea: ¿está a nivel de sus predecesoras y de los estrenos de 2025?

James Wan, la mente detrás de toda esta saga ya sea como director o guionista, estrenó en 2013 “El Conjuro”, en ella nos presentó a Ed y Lorraine Warren, matrimonio verídico de investigadores paranormales, él un demonólogo y ella una médium, conocidos en Estados Unidos y a nivel mundial. Sus casos fueron debidamente documentados, estando en el foco de la discusión entre quienes creían en ellos y quienes eran sus retractores. Esta no fue la única vez que historias relacionadas con ellos fueron llevados a la pantalla, en 2009 “The haunting of Connecticut”, se basa en sus investigaciones y en 2013 “The Amityville Asylum”, se nutre de la participación de Lorraine Warren en el caso de Amityville.



En 2013 cuando su propia historia salta a la pantalla gigante, inició una exitosa saga que está compuesta de las cuatro películas de El Conjuro, sus spinoffs sobre Annabelle y La Monja, así como "La maldición de la Llorona", sorprendiendo al descubrirse que forma parte de este universo.

La estructura de las películas protagonizadas por Ed y Lorraine Warren es siempre la misma, tienen que desentrañar un caso en el cual las fuerzas del mal atacan a una familia o a alguna persona. El primer gran acierto de esta saga fue la elección de los actores protagonistas, para quienes no es extraño participar en producciones de terror. Ed es interpretado por Patrick Wilson, que participó en la saga “Insidious”, mientras que Lorraine es Vera Farmiga, quien participó en “La huérfana” y en la serie “Bates Motel” dando vida a Norma Bates.

Las interpretaciones de Wilson y Farmiga son muy buenas, cuando los vemos encarnar a sus personajes logramos empatizar con ellos, nos creemos que son un matrimonio y que existe amor entre ellos. Su vínculo con las familias que luchan por salvar en sus primeras dos películas se siente tan real que el espectador realmente empatiza con todos los personajes.

El éxito fue casi inmediato posicionando a esta saga dentro de las más exitosas de este género. En 2025 llegó “El Conjuro: Últimos ritos”, dirigida por Michael Chaves, cuarta película protagonizada por Wilson y Farmiga, la que cumple la función de dar un cierre a su participación interpretando a estos personajes que serán por siempre asociados a ellos. La sensación de despedida se palpa a cada momento a lo largo de su visionado, así como el cariño a estos personajes y por ende a quienes los interpretaron por tantos años. Sintetizando en pocas palabras el significado de esta nueva entrega, es una verdadera carta de amor a Ed y Lorraine Warren.



La trama va discurriendo entre el tono emocional y el de terror. El primero, se centra fundamentalmente en los Warren, su vida ya retirados de la acción, su vínculo con su hija Judy, quien en esta oportunidad tiene un peso mayor en la trama, interpretada por Mia Tomilnson
 y su novio Tony, interpretado por Ben Hardy, ambos con buenas actuaciones que complementan de buena forma a los protagonistas. El segundo, por su parte, centra su atención en la familia de turno, quienes por avatares del destino son acosados por un ente demoníaco, que hace de sus vidas un infierno y necesitan desesperadamente ayuda.



Es la relación entre estos tonos uno de los puntos flacos de esta película. La preeminencia que se le da al relato sobre la vida de los Warren hace que la familia víctima sea un poco dejada de lado. Sus integrantes son presentados de forma más genérica y los acontecimientos por los cuales atraviesan no son lo suficientemente intensos, salvo alguna excepción, como para que empaticemos con su padecimiento. Esto ocasiona que la sensación de miedo quede limitada a algún que otro jumpscare (momento en el que se busca el salto del espectador) predecible.

 Los caminos entre la familia y los Warren se cruzan necesariamente, pero son estos los protagonistas absolutos, el desenlace es predecible y la tensión ausente. Pero pese a esto no la considero una mala película, va a depender mucho de las expectativas del espectador en su visionado. Si hay un vínculo afectuoso con los personajes, se disfrutará la despedida. Si, por otro lado, se busca una experiencia terrorífica esta queda corta. Respondiendo a la pregunta inicial, esta no es la mejor película de la saga central, supera, eso sí, a varios de sus productos derivados y en su comparación con los demás estrenos del género en este año, queda por debajo de los principales. 

 Pero como siempre en la historia del cine, este puede ser un adiós a los actores protagonistas, pero no a este universo. Ya se está informando que se va a preparar una película precuela y una serie, por lo cual el Warrenverso goza de buena salud y está más vivo que nunca.










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