La más pior de todas las décadas

La división en décadas no es la más conveniente cuando de Historia del Cine o de cualquier otra historia se trate. Los hechos de la humanidad se van procesando a través del tiempo y no es que cuando viene el año terminado en cero (aunque en realidad, las décadas, siglos y milenios comienzan con el terminado en uno) todos nos ponemos de acuerdo y reiniciamos todo lo que estábamos haciendo y lo cambiamos todo.

Ahora, si finalmente aceptamos de perezosos que somos, a la división por décadas, yo no tengo la menor duda que la peor en Hollywood fue la de los 80, mal que le pese a la nostalgia de unos cuantos tipos de mediana edad. Fundamentemos:

La industria del cine -y la más grande es, desde hace mucho, la estadounidense- suele estar muy atenta a los cambios de la mentalidad colectiva de su sociedad. En 1980 asume como Presidente el ex actor Ronald Reagan con su llamada "Revolución Conservadora" que además de tener un programa neoliberal en lo económico (recortes brutales a subsidios a los más necesitados, idem a Educación y Salud públicas, disminución de impuestos a los ricos, eliminación de medidas proteccionistas o reguladoras en favor de una "libertad" para los capitalistas(*)) y ultraconservador en lo social (obligación de rezos en escuelas públicas, negación de la evolución, a favor de la pena de muerte y en contra de los derechos de las minorías), infunde desde arriba patrioterismo y acriticismo social. Y eso, más o menos, realiza el cine de los grandes estudios.

El secreto de mi éxito

   

 

 

 

 

 

 

Es en los años 80 cuando se filman tantos relatos de guerra -pero no en cualquier guerra- en donde soldados yanquis (aunque alguno nació en Austria) sobrehumanos destrozan por sí solos a miles de vietnamitas, haciendo realidad aquel dicho "llorando como mujer lo que no supieron defender como hombres". En innumerables "Comandos" y "Desaparecidos en acción", ganaron una guerra que fue una derrota humillante que les costó varios años relatar. Tanto la ganaron en la pantalla, que hace 20 años, los jóvenes que entraban en la Universidad creían en su mayoría que ése había sido el resultado real. Por cierto, más allá de algún llamamiento a la paz por parte del ex combatiente Oliver Stone, nunca que yo sepa una película de Hollywood ha cuestionado la intervención en el país asiático. 

Es también la década de los "yuppies", esa caricatura absurda que para algunos terminó siendo el único modelo de jóvenes a representar en las pantallas: todos podemos ser millonarios y CEOs de grandes empresas siendo cancheros, vivos y lindos. Ahí está "El secreto de mi éxito", "Negocios riesgosos" y muchas más. 

Gremlins

 

 

 

 

 

 

 

Otra ruptura radical del reaganismo que absorbió la mainstream fue la desaparición casi total de la realidad. Si en los 70 abundaron los cuestionamientos sociales, incluso en las películas de mayor presupuesto, ahora minga. Te podíamos hacer un bruto éxito con unos muñecos creados por las empresas de efectos especiales (no olvidar que el CGI aparece recién en la década siguiente), un par de excusas para la trama y chau.  Cualquier complicación que pueda tener tu vida te la soluciona un fantasma bueno, un bicho extraterrestre o un perro que aprende a hablar. O Dios mismo, para qué vamos a andar pichuleando.

La nostalgia, ese bicho tan traicionero, ataca a gente de mediana edad que considera esa época como de lo mejor en la historia de la humanidad. Se suelen reiterar las emisiones de la música de la década... pero en su formato más comercial. Estamos escuchando los éxitos para las discotecas como si fuera música clásica. Claro que The Bangles al lado de los semicantantes gangosos de hoy... En cine, y gracias a que niños y adolescentes de la época curtieron el cine clase B de los 80, más que las grandes producciones más ambiciosas, hoy se endiosan baratijas de cuarta.

Terciopelo azul

 En fin, pese a infantilismos, fantasía acrítica, patrioterismos y porquerías que fueron directo a VHS, hubo sí, buen cine hecho en Hollywood en la época. Algunos creadores valiosos pudieron sobrevivir dignamente y otros emergieron en esos momentos. Una lista incompleta debería incluir a: "Después de hora" y "La última tentación de Cristo" de Scorsese; "Terciopelo azul" de Lynch; "Blade runner" de Ridley Scott; "Los enredos de Wanda" de Crichton; "Brazil" de Gilliam; "La ley de la calle" de Coppola; "Paris, Texas" de Wenders; "Cuando Harry conoció a Sally" y "Cuenta conmigo" de Reiner; "La rosa púrpura del Cairo" y "Hannah y sus hermanas" de Woody; "Y dónde está el piloto" de los ZAZ; "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" y "Volver al futuro" de Zemeckis; "Amadeus" de Forman; "Erase una vez en America" de Leone. 

Pero después uno ve que hicieron en 1984 un film llamado "Los jóvenes defensores", en donde un ejército combinado de cubanos, soviéticos, nicaragüenses y la izquierda mexicana invaden exitosamente USA y sólo unos pocos guerrilleros semi nazis, que beben sangre de ciervo van a oponérseles a estos sanguinarios zurdos... bueno, decí que por acá nadie la recuerda.

(*) ¿Te hace acordar a algo?
 

 Ya que estamos viviendo los Juegos Olímpicos de París, vamos a presentar la versión de los Monty Phyton, que es mucho más divertida.

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SEAN LOS ORIENTALES TAN ENFERMOS COMO ESTÚPIDOS (IV)

Mi mujer -en ese entonces- necesitaba trabajo. Y tanto lo necesitaba que terminé aceptando la peor de las opciones: que lo hiciera en la Asociación Española 1ª de Socorros Mutuos. Hubo un llamado público para trabajar en lo que ellos llamaban el "nuevo call center", que no era más que la vieja Central Telefónica sumada a la sección de recepción de Médico de Radio. Ya veremos que a estos dirigentes postmodernos les encanta pegarle una meada de pintura a cualquier rancho y bautizarlos "Nueva algo".

Tuvo una reunión con la jefa del "nuevo" call center -de iniciales Ma. G. P.-, otra con una subjefa y una o dos psicólogas. Luego de todas esas vueltas, llamé a la famosa jefa para saber cuándo la iban a tomar y me dio evasivas, hasta que un día me dijo que no la iban a tomar porque el llamado era para gente menor de 40 años. 

YO - Nunca lo especificaron en el llamado. No dicen nada de la edad.  

MGP - Pero es así. Queremos que entre gente joven.

YO - ¿Y entonces para qué mondongo la hicieron ir tres o cuatro veces, en vez de de avisarle de primera que no la iban a elegir? ¿La hicieron entrevistarse con psicólogas y todo eso y ninguna estaba capacitada para decirle que era mayor cuando le preguntaron la edad?

No recuerdo qué me contestó. ¿Qué podría haber dicho?

YO - Espero que alguna vez tengas que salir a buscar trabajo por necesidad y haya alguna  irresponsable que te tome el pelo, como le hiciste vos a ella. 

Bueno, dos o tres excusas más. Lo peor es que me discutía como si hubiera alguna posibilidad de que tuviera razón y consideró piola rematarlo con el siguiente disparate:

MGP - Esto va a ser la "Nueva Española" -dijo, con el mismo énfasis con el que podría haber anunciado la cura definitiva del cáncer- queremos que todos los empleados sean jóvenes estudiantes que estén un año o dos y se vayan.

YO - Va a ser una porquería (**) la "N. E.". Nadie va a tener experiencia para trabajar y a nadie le va a importar cuidar su trabajo.   

Esas idioteces que repetía entusiasmada hasta el éxtasis teológico esta mediocre jefa que fue traída desde afuera (o sea, que no fue haciendo carrera como yo, o como tantos otros antes) era la excusa atada con un moñito con que el Gerente General que quedó después de Magurno disfrazaba la tercerización del ingreso de empleados. Sin ninguna necesidad visible, los nuevos administrativos entraban a través de otra empresa y, como técnicamente no son funcionarios de la Española, no les pagan por los convenios firmados con el sindicato de la empresa y/o la FUS. 

¿Es legal? Lo dudo. ¿Mejora la atención al asociado? Ni por casualidad, la empeora significativamente. Pero de eso hablaré en el próximo capítulo.

(**) "porquería" fue el sexto o séptimo adjetivo que se me ocurrió, pero el único aceptable en esa charla.