Hoy estaré en la radio presentando esta columna. Hace tres semanas que sé que en algún momento se concretaría. Desde ese día que me presenté con un audio -donde hablé lento, con vergüenza, no convencida totalmente de que era una buena decisión- estoy nerviosa y mi cuerpo lo sufre.
Este tiempo he sufrido ataques de
ansiedad, insomnio, dolores de cabeza. Todo esto sumado a las complejidades
cotidianas de ser madre sola 24/7 que no dan lugar a transitar esas
manifestaciones emocionales como debería. Porque mientras la ansiedad se manifiesta
en tu pecho como un vacío inexplicable que no te deja respirar, tenés que
ayudar a tu hijo con los deberes o cocinar.
Estuve pensando mucho en qué son
las cosas que me afectan. La exposición es la más fuerte, exponer mi cuerpo.
Decidí vestir de negro para sentirme protegida y, de alguna forma, invisible.
Exponer la palabra, el terror de que todo lo que diga sea una estupidez, o no
poder trasmitir claramente. Todo el tiempo nos exponemos y recibimos
reprobaciones y violencias.
Mis amigas me empujaron para que
mandara ese audio, me dejé empujar. Porque ellas me sostienen, me acompañan, me
abrazan y me dejo.
Soy feliz, y me dejo.
Pero más allá del pánico y la angustia, contenta con la oportunidad, ¿verdad?
ResponderBorrar¡¡¡¡¡Porsupuesto que SI!!!!!
BorrarBien el Sr Director conténiendo al equipo.
ResponderBorrarTe escuché y me gustó mucho tu participación. Expusiste cosas muy interesantes y que generalmente están muy por fuera de la agenda. Arriba
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