5 de Oro


En nuestra última entrega destacamos cinco directores mayores de 80 años que seguían filmando y de buena manera. Y prometimos una segunda entrega repasando un título de los no tan recordados, de cada uno de ellos. Así que lo prometido es deuda.

A principio de los 90 Martin Scorsese ya era un consagrado, había retratado Nueva York como pocos y en particular el mundo gangsteril. También había incursionado por la comedia musical e incluso en el cine deportivo (si consideramos el billar como un deporte) con El color del dinero (1986). Pero lo que no había hecho era un thriller psicológico. Convocó a su actor fetiche Robert de Niro y en 1991 estrenó una joya, Cabo de miedo.

Un tal Steven Spielberg tenía el proyecto original pero le resultaba muy violenta la historia.

Es ofrecido a Martín Scorsese quien según dice la leyenda, aceptó en parte, como agradecimiento a los estudios Universal por haberle bancado los trapos en su más reciente estreno de aquel entonces, La última tentación de Cristo, que estuvo rodeada de polémicas.

Cabo de miedo cuenta la historia de un ex convicto llamado Max Cady (De Niro), que tras pasar 14 años en prisión por violación, decide vengarse de su ex abogado de oficio (Nick Nolte), por haber hecho, a su criterio, mal su defensa. Durante su período encarcelado, Cady pasó de ser analfabeto a abogado, teniendo los conocimientos necesarios para entender que su defensor había sido responsable de su tan larga penitencia.

Es un gran ejercicio de terror psicológico con toques hitchcocknianos .

De Niro, lleno de tatuajes carcelarios, mete miedo de verdad.

En 1983 Francis Ford Coppola había agarrado la bajada. Ya habían pasado 4 años de Apocalipsis Now y un par de fracasos cinematográficos lo habían dejado cerca de la banca rota.

Fue el momento de apuntar fuerte y al medio, volviendo al cine de gánster.

Y estrenó Cotton Club.

Decidió volver a las fuentes contratando para el guion al mismísimo Mario Puzo, el autor de El Padrino.

La historia en sí, transcurre en el Harlem en plena ley seca, allá por 1929, en el que funcionaba el mítico club, lugar donde las estrellas negras de la música tocaban para los blancos adinerados.

Un trompetista blanco, interpretado por Richard Gere, salva fortuitamente la vida del mafioso dueño del Cotton club (Bob Hoskins) y éste en agradecimiento le ofrece trabajo en su local .

Allí conocerá a la novia de su nuevo jefe (Diane Lane) y se enamorará de la chica equivocada. Ahí arranca una historia que si te gusta el género, no te la podés perder.

En el elenco aparecen figuras muy jóvenes como Lawrence Fishburne, Tom Waits y el sobrino de Coppola, Nicolas Cage.

Justamente de la mano de Nicolas Cage pasamos al siguiente director, Brian De Palma que en 1998 estrenó Ojos de serpiente.

Ojos de serpiente es un thriller policial que gira entorno al asesinato del ministro de Defensa de EEUU, durante una velada de boxeo en un Casino de Atlantic City, por el título mundial de los pesos pesados.

Las 14 mil personas que concurrieron a la pelea son testigos o sospechosos. La investigación la llevará adelante el detective Rick Santoro interpretado justamente por Nicolas Cage (que en ese momento estaba en la cresta de la ola), un policía errático y desordenado .

De Palma utiliza un recurso cinematográfico para avanzar en la historia que resulta muy efectivo. Vemos el asesinato del ministro (según la perspectiva de los distintos personajes), varias veces desde diferentes ángulos y eso permite dosificar la información sobre lo sucedido y mantenerte en vilo.

Ridley Scott en 1989 estrenó Lluvia negra. Un gran policial negro que volví a ver y a pesar de ser muy ochentosa, es una buena película.

Dos policías (Michael Douglas y Andy García) deben escoltar a un peligroso asesino de la mafia japonesa desde Nueva York hasta el país del sol naciente pero como es de esperar las cosas se complican.

Scott muestra todo su oficio para dirigir una historia que tiene los códigos del policial negro con el agregado del choque de culturas.

Muy recomendable.

Y para cerrar la lista del bueno de Clint Eastwood elegimos Un mundo perfecto del año 1993.

Debo reconocer que tengo debilidad por Clint y sus películas. Ésta en particular es de mis favoritas. Está ambientada en los años 60 en el estado de Texas, cuenta la historia de un fugado de la justicia (Kevin Costner) y la relación que establece, casi de padre e hijo, con un niño a quien secuestra para proseguir su fuga. Es una road movie que salta de la ternura a la violencia sin escalas. Es también una historia sobre la pérdida de la inocencia. Tiene al propio Eastwood delante de cámaras como el encargado de dirigir la persecución del reo. Un título imperdible.

Si el algoritmo te ofrece siempre lo mismo, acá hay 5 títulos que te pueden salvar.

Hasta la próxima.

Comentarios

  1. Que peliculón un mundo perfecto! No me acordaba el nombre pero al ver la foto enseguida recordé pila de escenas de esa película, sobre todo el final. La buscaré para ver otra vez.

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  2. Desgraciadamente no he visto ninguna . Pero es admirable que hayan sido filmadas por directores pasados sus 80

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  3. En realidad todas las películas reseñadas en éste artículo cuando fueron filmadas los directores eran menores de 80 años pero hasta hoy día siguen trabajando. En una entrega anterior hablamos de https://www.todoporlamismaplata.com/2024/06/80-anos-no-es-nada.html

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