NO HAY MAL QUE DURE 100 AÑOS…

 

Ni cuerpo que lo resista… Así dice el refrán y es verdad.

Si bien sabemos que no elegimos nuestro punto de partida, también sabemos que somos los únicos que decidimos como desarrollar nuestro camino de vida.

 Hay quienes la transitan pasiva y linealmente, otros la viven con pasión tratando de alcanzar un sueño y otros la padecen a pesar de cualquier esfuerzo.  

Belén la transitó muy poco, la padeció bastante, pero eligió, muy conscientemente, vivirla al máximo.

Tuvo mucho tiempo para aprender a hacerlo. Se despojó de todo aquello que le hacía mal, dejó a un lado prejuicios, opiniones y estigmas. Se propuso un camino de logros, se preparó para ello, estudió mucho, se formó y no se permitió otra cosa que no fuera avanzar.

Se dio la oportunidad de elegir con quién vivir y lo hizo bien. Hoy tiene un compañero de ruta con quien comparte proyectos, familia, amor. Fue capaz de desarrollar su empresa y se siente orgullosa de eso.

Sus hijos ya grandes y en vías de desarrollo. Podría decirles cosas mejores de ellos, pero Belén se ocupó tanto de protegerlos para no repetir historias que olvidó la parte de “a golpes se aprende”.

En el afán de crecer, cada día sigue siendo un desafío. Pero esto es algo que no asusta.

Belén no se aferra a nada, entiende que la felicidad es un conjunto de pequeños momentos que se atesoran, que vale más disfrutar un viaje que un objeto smart

Las reuniones de hermanos son su refugio. Disfruta mucho las juntadas con amigos. Le cuestan mucho las demostraciones de amor, para ella el amor verdadero está en acompañar y respaldar, en ese tiempo que te tomás para comprar un regalo, en lo que preparás para una reunión, en decirle al otro que está bien, cuando te expresa arrepentimiento. Prefiere no perder tiempo en odios y resentimientos, le gusta llevar su corazón liviano. 

La única preocupación que siempre tendrá serán sus hijos, pero sabe que estará ahí, en cada caída, en cada decepción, estará para ellos, en este plano y en el siguiente.

 Parece mucho el tiempo recorrido, pero al mirar a atrás, realmente no es así, hay mucho camino aún por recorrer.

No fueron 100 años y el cuerpo aún está en forma.

¡¡¡GRACIAS BELEN !!!

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