El tablero electrónico del Centenario

Hoy hablaremos de la historia de un emblema del principal escenario deportivo de este país. Un escenario que parecía olvidado, que los equipos grandes hace muchísimo tiempo que no visitan, pero que ahora tuvo un lavado de cara que lo lleva a proyectarse al futuro.

Origen

La historia del Estadio Centenario es conocida. Se construyó en 10 meses, cuando se estrenó no estaba terminado y el cemento estaba fresco, etcétera.

Lo cierto es que ese Centenario no tenía tablero: los goles se marcaban con banderitas colocadas a los costados de la Torre de los Homenajes. Una porquería, sobre todo si jugaba algún equipo dirigido por Carrasco y se acababan las banderas.

Por eso, allá por 1946, 16 años después de inaugurado el coloso de cemento, sucedía esto, rescatado por Rómulo Martínez Chenlo:


En 1955 el Estadio se renovó de cara a la Copa América a disputarse un año más tarde, la modificación más radical que haya sufrido en estos 91 años, mucho más profunda que la que hizo ahora la Conmebol. De hecho, se agregó un anillo a la Colombes y también a la Ámsterdam, lo que derivó en que hubo que sacar el Tablero. Un Tablero que se veía más o menos así:

El pobre tuvo algunas variaciones de la mano del sponsor de turno. Hacia 1966 era Philips, en cuyo centro del logo se ubicaba el reloj de agujas que marcaba los minutos del partido.

Además del score del partido principal, identificados con carteles de chapa a ambos costados del reloj, había espacio para otros cuatro partidos, considerando que en esa época se jugaban 5 partidos simultáneos los domingos. Era retroiluminado, para que pudiera cumplir sus funciones en los días nocturnos.

A fines de 1980 el tablero fue retirado pero se dejó la estructura, que permanece hasta nuestros días. Hay quienes afirman que ese tablero terminó en el Franzini (de hecho, cuando el violeta se consagró campeón uruguayo en 1991, todavía se dejaba ver sobre la tribuna del Tren Fantasmas, con logos de Coca Cola y toda su línea de productos, aunque sin funcionar). También el Saroldi supo tener un tablero parecido. Sabe Dios.


Una vez retirado de la Amsterdam, se dejó un cartel publicitario de Coca Cola, bajo, con los dos mástiles donde se colocaban las banderas de los equipos que se enfrentaban. Pero al ver que durante los clásicos se robaban las banderas del clásico rival, se abandonó esta práctica y se colocó en los años 90 un cartel de la marca CCE primero y Kenwood después.

Un verdadero peligro, porque los inadaptados se trepaban a los carteles.


Finalmente se colocó un tablero electrónico pequeño y básico, similar al de una cancha de básquetbol, con tiempo y score. Y finalmente, se desmanteló, no quedando más que la estructura de cemento original.

¿Por qué se retiró el placard de latón de la Amsterdam? Porque en 1980 dimos un salto tecnológico.


El primer placard electrónico se colocó a fines de 1980, en ocasión de la celebración del Mundialito.

De hecho, la primera foto que encontré del Tablero presenta la palabra “Bienvenidos” en todos los idiomas de los países participantes, inclusive el inglés, pese a que Inglaterra decidió no venir.

Era un panel monocromático que contaba con algunas animaciones interesantes, tales como la del gol: Imagen de la Torre de los Homenajes coronada por fuegos artificiales con la palabra Gol que emergía.

Además tenía dos relojes analógicos de esfera. Uno a la derecha que marcaba el tiempo de juego, y otro a la izquierda que marcaba la hora del día.

Además, contaba con una base en la que se solía colocar publicidad. Por ejemplo, de la empresa Interagrovial.

Duró poco más de una década, aunque en el imaginario colectivo duró mucho más. A fines de 1991, fue reemplazado, aunque casi nadie se dio cuenta. En el camino, los relojes analógicos dejaron de funcionar y fueron reemplazados por la impresión digital del tiempo y de la temperatura.


Previo a la Liguilla de 1992, el tablero se amplió y tuvo una ligera mejora tecnológica, al incluir el color. Sin embargo, todavía era un tablero de lámparas de escasa definición, pese a que ya en la Copa del Mundo de 1990 se habían visto pantallas gigantes en los estadios italianos.

Lo más recordado de este tablero era la animación del gol, en la que se reproducía un remate al arco de una pelota que se transformaba en cohete, y que daba paso a la imagen de un futbolista de pelo largo, debajo de la cual se colocaba el nombre del autor de la conquista.


Este tablero multicolor contaba además dos agregados, por fuera del mismo, en los que aparecía el tiempo de juego y la hora del día. También supo tener publicidad de Grapamiel o de Halls a ambos costados, así como publicidad de Dobarro y Pichel y de UCM arriba y abajo del score.

Muchas veces, como sucede actualmente, la evolución del tablero del Centenario se dio por cuestiones meramente tecnológicas. Sin embargo, una vez hubo un elemento externo que obligó al cambio.

Entre las estructuras que cedieron durante el temporal del 23 de agosto de 2005, estuvo la del tablero electrónico del Centenario. Hileras enteras de bombitas de colores quedaron sobre la tribuna Colombes, en una imagen por demás triste de un fútbol que estaba a punto de quedar afuera de una nueva Copa del Mundo.

Durante algunos días quedó así, y como los partidos se tenían que seguir jugando, se pusieron unas cintas de NO PASAR, un par de policías, y a jugar.

Luego se retiraron las lámparas y quedó el esqueleto de hierro, que luego se tapizó con una lona alusiva al Mundial del 2030.

Y allí surgió la duda: ¿cómo reemplazarlo?

Estuvimos más de tres años sin tablero electrónico en el Centenario. De hecho, una nota del 28 de noviembre de 2006 del diario La República afirmó: “Nuevo Placard del Centenario sería manual y de chapa fina”.

La nota decía así:

Salvo que el rey midas se compadezca, CAFO va a tener que resignarse a montar un placard muy humilde y barato para llenar el hueco espantoso que dejó el temporal del 23 de agosto del 2005, que voló al pizarrón electrónico que lucía en la Tribuna Colombes.

Las nuevas autoridades de CAFO están trabajando en el tema y todo parece indicar que el «nuevo» placard del Estadio Centenario será de chapa fina, se manejará en forma manual como en 1930 y como adorno, podría tener un reloj en la zona central para llenarle el ojo a los aficionados.

La única chance que existe para que el Centenario tenga nuevamente un placard electrónico es que se llegue a un acuerdo con Tenfield SA, este libere los fondos y/o permita a CAFO vender publicitariamente el mismo a otra empresa. *

Pero La República se equivocó:


La solución vendría desde el norte de Sudamérica, desde un país hermano, cuando se juntaron dos caudillos latinoamericanos.

Porque todos dicen, como decía la murga, qué bien que estuvo Chávez. Pero esto fue cosa de dos.

De un lado, Hugo Chávez, sí.

Del otro, él:


¿Con qué partido se estrenó? Con el clásico que el 14 de diciembre de 2008 Nacional le ganó 1 a 0 con gol de penal anotado por el propio Chapita Blanco.

En Nacional jugaron Leo Burián, Pablo Caballero, Pablo Melo, Gastón Filgueira, Martin Ligüera. En Peñarol, Pablo Cavallero con v corta, Gerardo Alcoba, Jonathan Píriz, Danilo Asconeguy, Julio Mozzo, Ignacio Medina, Richard Núñez. Pelusso y Saralegui los entrenadores.

La vieja pantalla funcionaba en un ambiente Windows, tanto que más de una vez se veían los íconos del escritorio. 


Y en estos 13 años tuvo infinidad de fallas. A veces dejaba de funcionar, y otras presentaba cuadrados sin imagen, más allá de que no destacaba por su definición.

¿Lo mejor? La animación cuando había un gol, que tenía los colores de Nacional o los de Peñarol, y creo que había una también por defecto cuando no jugaba ninguno de los dos.

Ahora, la vieja pantalla chavista tiene nuevo destino: El Estadio Campeones Olímpicos está en pleno proceso de reforma, y venía al dedillo contar con la pantalla. Nada que ver tiene con el Pájaro Enciso.

Cerramos con algunos ejemplos emblemáticos:


El 25 de noviembre de 2001 Uruguay se clasificaba a la Copa del Mundo y el tablero publicó aquel inolvidable “Gracias Paco”, adjudicado en su momento a Ramón Barreto.

Antes, el 4 de setiembre de 1983, el viejo tablero electrónico mostró: “Morena: fractura tibia y peroné”.

Y no existen muchas fotos con este marcador que tanto daño le ha hecho a nuestra sociedad:

Hoy se está instalando la nueva pantalla, más larga pero apenas menos ancha que la anterior.

Mide 12,48 por 6,72 metros, con una resolución de 1783x960 pixeles. ¿Eso es mucho o es poco? No lo sabemos.

Un nuevo capítulo de esa pantalla que todos hemos mirado alguna vez cuando vamos perdiendo, el partido se termina y el reloj parece ir más rápido que nunca.

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