POSICIÓN #05. SALTO DE BOB BEAMON
Nos situamos
en el viernes 18 de octubre de 1968, para una de las fotos más emblemáticas de
la historia de los Juegos Olímpicos, aunque quizás para un país con poca
tradición olímpica con el nuestro, para muchos será una foto novedosa.
El mundo era
un auténtico volcán político y en ese marco, la actividad olímpica llegó por
primera vez a América Latina, más exactamente a México DF.
Donde
precisamente ese viernes, se produciría el denominado salto del siglo.
¿Su autor? Robert
Bob Beamon, atleta estadounidense que marcó uno de los récords más impactantes
de la historia olímpica, batiendo la marca reinante de salto largo por 55
centímetros.
El autor de
la foto no fue otro que este hombre a quien vemos:
Se trata de Tony Duffy, a quien vemos con su cámara, una Nikkormat aparatosa. Nikkormat era una versión de consumo masivo de las Nikon, que en aquel momento ya eran caras.
La historia
de Tony nos enseña que, muchas veces, la oportunidad y la suerte pueden más que
la planificació. Ya que era un fotógrafo amateur que captó una toma poco
habitual en el salto largo. De frente, tomando la expresión en el rostro del
atleta.
De hecho,
Tony estaba en el estadio olímpico medio de casualidad: había sido novio de una
atleta británica que le regaló una campera de la delegación olímpica. Esa
campera y una cámara aparatosa aunque semi amateur le permitió a Tony saltear
todos los controles, bajo el entendido de que era el fotógrafo oficial de la
delegación. Algo así como el CM de la época.
Pero tropezó
con un problema: su cámara Nikkormat no tenía motor de arrastre, por lo que
solo podía sacar una foto por salto. Tenía una sola bala en la recámara. Pero
sacó la foto perfecta, que aquí vemos:
Lo curioso
fue que como no estaba trabajando para ningún medio, revelaría la foto recién
un mes después. Al hacerlo, la presentó, ganó concursos, y le permitió
transformarse en fotógrafo profesional, tanto que llegó a fundar la agencia de
fotografía Allsport junto a su amigo John Starr. En 1994 se la vendieron a Getty
Images en más de 30 millones de euros.
El récord de
Beamon tardaría 23 años en batirse, pero la foto de Tony permanece imbatible,
aún en tiempos de la fotografía digital. Acá lo podemos ver en una foto mucho
más actual, sosteniendo su obra maestra:
POSICIÓN #04. Pelé y Jairzinho
Avanzamos apenas dos años y no nos movemos mucho. Apenas, los 7,7 kilómetros que separan el Estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria de Ciudad de México, del Estadio Azteca.
El domingo
21 de junio de 1970, hace casi exactamente 55 años, se disputó la final de la
novena edición de la Copa del Mundo de Fútbol.
La historia
es conocida: Brasil venía de eliminar a Uruguay, aunque les dimos un buen susto
con el gol de este hombre:
Que tiene un
aire importante a Eduardo D’Angelo.
Por su
parte, Italia había derrotado 4 a 3 a Alemania, en uno de los partidos más
electrizantes de la historia de la Copa del Mundo, la tarde en que Beckenbauer
terminó jugando con el hombro dislocado.
Qué hombres, Luisito y Franz. Pero ninguno de los dos jugaría la final de ese Mundial.
Estamos ante la foto más emblemática de uno de los futbolistas más emblemáticos de la historia. De hecho, fue la que eligieron los integrantes del scratch para desearle suerte cuando Edson Arantes Do Nascimento se encontraba disputando el partido más importante, el de la vida. Que a la postre sería el último, pues pidió pase para los dirigidos por San Pedro.
52 años antes, había anotado este gol, a los 18 minutos de juego del primer tiempo de la final.
Ahí lo tienen. Centro de Rivelino, que le meten la plancha pero lo tira igual. Pelé que salta como una gacela, Albertossi que no llega, y golazo. 1 a 0 la final.
Precisamente
el festejo del gol de Pelé, trepándose encima del puntero derecho Jairzinho,
daría lugar a la foto que ocupa la cuarta posición de esta lista.
Quieren ver la foto? Es esta:
Ahí al tienen.
En este
caso, no hay datos ciertos respecto a quién fue su autor. Pero lo que me
resultó interesante de esta foto es que fue emulada casi perfectamente, unos
cuantos años después.
Ahí lo
tienen. Messi y Dembelé, cuando estaban en el Barcelona, reprodujeron la foto
de modo sospechosamente riguroso. Casi no hay diferencias.
Pasemos a la tercera posición. Y volvemos al atletismo.
POSICIÓN #03: Usain Bolt en Rio.
De las 5 fotos que vamos a compartir hoy, es la más nueva, y probablemente sea también la que inmortalizó el momento menos trascendente. Es que una semifinal de los 100 metros llanos suele ser un paseo en salud para los grandes favoritos, que parecen correr sin esforzarse, sin arriesgarse, dejando lo mejor para la final.
Hablando de
la foto en sí, esta vez sí tenemos individualizado al autor:
Hablamos de Cameron Spencer, fotógrafo australiano de Getty Images, que el 14 de agosto de 2016 se encontraba en el Estadio Olímpico Nilton Santos.
Y sabedor de que se venía una de las semifinales de los 100 metros llanos, en la que corría el máximo favorito, el jamaiquino Usain Bolt, decidió colocarse sobre la marca de los 70 metros. Supuso que a esa altura de la carrera, el jamaiquino ya estaría lo suficientemente despegado del resto como para conseguir una buena toma.
Sin embargo,
no se preocupó mucho por obtener una toma perfecta. De hecho, había 11
integrantes de su equipo cubriendo esa semifinal. Él había estado apostado en
la competencia de salto alto, pero como terminó antes, se tiró hasta los 100
metros. Y como estaba cubierto por sus compañeros, decidió usar una velocidad
de obturación menor, cosa de obtener un efecto blureado. Es decir, le buscó el
toque artístico a la cosa, porque de última, si salía mal, salía mal. Si muere,
muere, como decía Iván.
La carrera
arrancó, y Cameron enfocó su Canon sobre el veloz jamaiquino, acompañándolo
hasta que pasó a la altura de donde estaba apostado. Y zas: disparó.
Pero
mientras lo hacía, notó algo raro a través del visor: Bolt había decidido
disfrutar de los últimos metros con una sonrisa burlona, sabedor de que ni él
mismo sería capaz de descontar semejante ventaja conseguida con tan poco
esfuerzo.
Y así nació esta foto:
Cameron tuvo suerte de que Usain girara hacia la izquierda y no hacia la derecha. Además, su opción por una velocidad baja de obturación permitió ese efecto que permite percibir la tranquilidad del paso del jamaiquino frente al desesperado intento de sus rivales por alcanzarlo. De hecho, si recortamos la foto y pasamos a la 14, queda aún más evidente:
Suerte, técnica y sentido de oportunidad. Pero ante todo, suerte. Suerte que no tuvio uno de sus compañeros, que se puso en el lugar indicado, que puso una velocidad alta de obturación para capturar el instante perfecto, pero que no tuvo la suerte de que Usain mirara para ahí:
Fue seguramente el momento más alto de la vida fotográfica de Cameron, que por ese entonces vivía sus quintos juegos olímpicos, 3 de verano y 2 de invierno. “Nunca había trabajado tanto, pero tengo 4 años para recuperarme”, comentó. Porque ser fotógrafo también cansa, contrariamente a los que muchos podrían pensar.
Por último,
vale mencionar que de las 5 fotos que repasaremos hoy, es la única que terminó
siendo meme. Utilizado para alguien que le escapa, por ejemplo, a las
responsabilidades. Podemos ver un ejemplo:
Pasemos a la posición número 2:
POSICIÓN #02. JUMPMAN
Pasamos
ahora a la única de las 5 que traemos hoy que no surgió en una competencia
oficial, sino que fue una foto producida con fines publicitarios. Y así como la
foto de Usain terminó siendo un meme, esta de la que vamos a hablar ahora
terminó primero en un logo, y luego en un juicio.
Lo cierto es
que corría el año 1984 y el equipo olímpico de básquetbol de los Estados Unidos
se preparaba para el torneo Olímpico en el que llegarían a medirse contra el
Uruguay de Tato López y Compañía. ¿Cuyo base titular quién era?
El propio Carlitos Peinado, aquí maniobrando ante la marca de un Falso 4.
Nota en la
Revista Life y el fotógafo holandés Jacobus Rentmeester es el encargado de
producir las fotos para vestir la nota.
Y Jacobo era un artista. Antes había sido remero, pero después se convirtió en artista. No le sacó la clásica foto con la pelota debajo del brazo, no. Decidió establecer un símil entre el deporte y el ballet, aprovechando que Jordan todavía no había debutado en la NBA y era proclive a darle bola a un fotógrafo.
La foto fue
inspirada en un movimiento de danza, no en una situación de juego.
Lo cierto es
que Nike, que acababa de firmar contrato con la futura estrella de los Bulls,
compró los derechos de la foto durante unos meses pues estaban buscando una
foto icónica del astro para promocionar su propia línea de calzado deportivo,
tal como se narra en la película Air de 2023.
Pero qué hicieron los muchachos de Nike? No usaron la foto, pero una vez que se terminó el contrato de sesión de derechos, produjo su propia foto, que es la que finalmente usarían para generar el emblemático logo.
La foto
seguramente les resultará muy familiar:
Ahí lo vemos al Maicol con ropa de entrenamiento, pantalón deportivo largo y dos musculosas por encima de una remera gris, próximo a hundirla en un aro de un playground, con el perfil de la ciudad de Chicago de fondo.
Es el famoso
“Jumpman”, el logo de la marca Air Jordan:
Pero lo dicho: esta no era la foto original. Y el autor de la original, nuestro amigo Jacobo, demandó a Nike 31 años después, en 2015, por violación de derechos de autor, argumentando que el logo se basaba directamente en su foto original, tomada en un campo deportivo de Carolina del Norte.
Ustedes se
preguntarán: ¿por qué tardó tanto en presentar la demanda?
Parece que
en el mundo de la fotografía, no está bien visto hacer juicios. Por lo que
Jacobo esperó a jubilarse para presentar la demanda.
¿Quieren ver
la foto original?
Adelante:
Ahí la tienen. ¿Ustedes qué piensan? ¿Plagio o inspiración? ¿Robo u homenaje?
Podemos ver
las dos juntas para analizarlo mejor:
Creo que las semejanzas son innegables, partiendo de la indumentaria de Maicol, y del tipo de tablero. Sin embargo, las poses varían levemente, dando la impresión que la del logo representa una auténtica situación de juego, y no algo artificialmente creado por un artista.
En cualquier
caso, tras 4 años de litigio, la Suprema Corte denegó la petición de Jacobo y
Nike zafó. Se alegó que si bien las fotos son similares, ¿qué es el arte
moderno sino la capacidad del ser humano de tomar la obra de otra persona y
agregarle un toque personal para crear algo nuevo y diferente? ¿Eh, amigos?
Momento de ir directo a la número 1:
POSICIÓN #01. ALI VS. LISTON
Fue la foto que inspiró esta columna. Y no podía no estar en la primera
posición.
Lo cierto es
que Muhammad Ali y Sonny Liston se enfrentaron dos veces. La primera, el 25 de
febrero de 1964, cuando Liston era el campeón vigente.
Mirá cómo te
mira Liston:
Andá a cantarle flor a Liston. No en vano, aprendió a boxear en la Cárcel Estatal de Missouri donde cumplía condena por asalto a mano armada.
Sin embargo,
ganó Cassius por retiro de Liston, que acusaba un dolor en el hombro. Al otro
día, Cassius se cambió el nombre.
Liston pidió
revancha y Muhamad se la dio, y la revancha también. Puntualmente, el martes 25
de mayo de 1965, fecha en la que se sacó nuestra foto.
La pelea
tuvo la más baja concurrencia de la historia de una pelea por el título de
campeón de los pesos pesados: apenas 2.434 espectadores, en función de la
escasa capacidad del auditorio del St. Dominic’s Hall de Lewiston, Maine.
Apenas
habían transcurrido unos segundos, cuando pasaba esto:
Un golpe casi imperceptible de Ali, llamado “el golpe fantasma”, terminó con Liston en la lona. Si bien el retador se lograría parar, se determinó que el árbitro había demorado la cuenta, por lo que Liston llegó a estar 10 segundos en la lona. Por ende, Ali fue declarado ganador.
Para
entonces, ya existía la mejor foto deportiva de todos los tiempos:
La pregunta que surge: ¿quién sacó la foto?
Este hombre:
Hablamos de Neil Leifer, un joven fotógrafo de 22 años que trabaja para la célebres Sports Illustrated, con una cámara Rolleiflex con flash. En la foto, claramente, ya no tiene 22. De hecho está vivo.
Podemos ver
también una cámara Rolleiflex como la de Neil.
Era una cámara antigua que solo le permitía un disparo, mientras que sus colegas ya contaban con cámaras semiautomáticas capaces de hacer breves ráfagas.
Sin embargo, la foto de Neil no fue la portada del número de la revista dedicado a la pelea. La tenemos acá:
Apenas apareció como una foto más en el interior.
Sin embargo,
años más tarde y en el marco de un número dedicado a las mejores fotos de la
historia del deporte, ahí se dieron el gusto de poner a la tan emblemática
fotografía:
Vale acotar que en 2016, Neil andaba con problemas para llegar a fin de mes y se puso a subastar sus fotografías más emblemáticas. De hecho, llegó a vestir 200 portadas de Sports Illustrated con sus fotos.De hecho, la foto de esta pelea la subastó con una dedicatoria de Ali, que rezaba “A Neil Leifer, gracias por esta magnífica foto”. Todo enmarcado junto al carné de prensa que usó Neil ese día. Pensaba sacar 500.000 dólares por ella.
Para terminar, y como dato pintoresco, vale mencionar que uno de los colegas y rivales de Neil era un veterano pelado y sorete llamado Herb Scharfman. Que como era más veterano, se aseguró el mejor lugar para conseguir sus fotos. Neil, el jovenzuelo, debió acomodarse como pudo del otro lado.
Y voy a citar una nota de El Gráfico: C"omo hacían los grandes maestros de la pintura y escultura del renacimiento con sus rivales, Scharfman quedó ridiculizado en la obra de Leifer".
Adivinen
quién es:
En efecto, es el pelado que está entre las piernas de Ali. Vaya forma de hacerle morder la lona.
Qué gran columna.
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