La infiltrada

 


Entre películas y series son más de 30 las obras vinculadas a la historia reciente española, si hablamos específicamente de la ETA.

Dentro de ellas hay documentales y ficciones para todos los gustos

Tenemos dramas, thrillers policiales y hasta comedias.

A los uruguayos no nos resulta ajena ésta historia, solo basta recordar los episodios del Filtro.

En general las obras apuntan a deslegitimar la lucha armada , hacen foco en las víctimas pero también marcando los claroscuros del accionar policial en la lucha contra los etarras.

La mini serie Patria ( disponible en HBO ) es un gran ejemplo de lo antes dicho, con el agregado que está muy bien actuada y realizada.



Tratándose de un tema que despierta polémicas y que mantiene heridas que no han cicatrizado, resulta por lo menos valiente intentar hacer humor con un tema tan complejo. Eso sucede con la película Fe de etarras (disponible en Netflix) que se sostiene en la buena actuación de Javier Cámara.



En éste contexto ha llegado a la cartelera montevideana la película La infiltrada.

Dirigida por Arantxa Echevarría, narra la historia real de una joven agente de la Policía Nacional que pasó ocho años infiltrada en ETA durante los años 90.

El film viene con los premios Goya a Mejor Película y Mejor Actriz Protagonista abajo del brazo

La fuerza de La infiltrada recae principalmente en la interpretación de Carolina Yuste, quien encarna a Aranzazu Berradre, alias con el que se infiltra en la organización armada. Yuste logra transmitir con sobriedad y tensión contenida, la doble vida de la protagonista mientras camina por un entorno donde cualquier error puede ser fatal.

Su actuación evita el histrionismo y se apoya en miradas, gestos y silencios que reflejan la complejidad de vivir bajo una careta . La actriz consigue que el espectador experimente el desgaste psicológico de su personaje, haciéndolo tangible y cercano.

Arantxa Echevarría apuesta por una narrativa realista y contenida. La tensión se construye con paciencia, apoyada en una cuidada ambientación del País Vasco de los años 90 y una fotografía oscura que subraya el constante peligro en el que vive la protagonista.

La infiltrada tiene una dimensión más humana que política.

La forma en que son retratados algunos miembros de la ETA resulta un poco esquemática pero el guion cumple su cometido principal: mantener al espectador en vilo durante casi dos horas, sin necesidad de grandes explosiones o persecuciones espectaculares.

También resulta interesante el vínculo de la protagonista con su único contacto policial , interpretado por el convincente Luis Tosar.

Carolina Yuste y Luis Tosar


Una película que vale la pena donde se paga el precio del sacrificio por el supuesto bien común.

Hasta la próxima




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