Si llegan al
final sabrán por qué esta publicación se titula Amor y no Trauma.
Estos últimos dos
o tres meses han sido de una intensidad casi extrema. Muchos sentimientos
negativos y positivos han pasado por mi cuerpo. Escribí mucho y publiqué poco.
Porque publicar más hubiese sido como pararme desnuda en el medio de una
avenida en hora pico.
Revolví mucho mis
recuerdos, los buenos y los malos. He tenido la necesidad de poder ver lo bueno
de mi niñez y adolescencia. No es fácil, pero es posible. Me hice muchas
preguntas, la mayoría sin respuesta o con una respuesta no definitiva.
¿Las malas y las
buenas decisiones hubiesen sido las mismas? ¿Mi orientación sexual, mis gustos
y deseos están determinados por mi experiencia promiscua? ¿Puedo decir que mi experiencia es promiscua?
Hablar sobre
abuso sexual es tabú en la sociedad. Dentro de los grupos en los que he
participado, de mujeres con mi misma experiencia de vida, el tema tabú es el
placer. Los estímulos sexuales estuvieron para nosotras envueltos en una rosca
de manipulación disfrazada de cariño sin una violencia explícita; eso confunde
y no permite discernir lo bueno de lo malo. Reconocer que se sintió placer
causa dolor.
Y me pregunto: ¿el
placer que siento ahora es el mismo que aprendí de niña? ¿La forma en que me
vinculo sexoafectivamente está determinada por haber sufrido abuso sexual? ¿El
abuso determina mi vida?
Aún no tengo respuesta.
Es una cicatriz
muy grande que llevo en mi cuerpo. A veces vuelve a sangrar, por suerte cada
vez menos. Me hice muchas preguntas que jamás tendrán respuesta, pero son
inevitables.
Un amigo me preguntó: ¿tu tema es el abuso? Yo contesté casi sin pensar con un firme NO.
La realidad es
que no lo sé, siempre que escribo ahí está. Mi respuesta fue porque estoy
segura de que no quiero que sea “mi tema”. Tal vez algún día lo logre.
Me fue difícil
escribir esta vez. Para poder lograrlo estuve escuchando en loop una canción. La inspiración que dio
lugar a la creación de esa canción no tuvo absolutamente nada que ver con el
significado que tiene para mí. Una mañana de sábado, en junio de 2019, mientras
la escuchaba (ya la había escuchado varias veces esa semana), cae un mensaje al
grupo de WhatsApp que tenemos con Colectiva Elefante. Era Gaby, compartiéndonos esta canción,
y su mensaje decía algo así: “siento que es como que le cantara a esa niña que
fui y tengo que cuidar”. Ella puso en palabras lo que yo sentía, como tantas
otras veces.
Si seguiremos sacando espinas, Que importante resolver que no queremos que sea nuestro tema y que si queremos que sea nuestro tema.
ResponderBorrar🫂
ResponderBorrarQue querernos sea nuestro tema❤️
ResponderBorrarMás linda no había! 🫂💜
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