Kiss my black ass!

Lo del título le habría dicho la ya consagrada actriz Halle Berry al director Bryan Singer durante la filmación de "X Men 2", en que el citado realizador estaba infumable y todos los actores y actrices principales -no sólo la Berry de la gente- le fueron a reclamar al tipo. Sé perfectamente que es un insulto común en idioma inglés (al estilo de "chupame un huevo"), pero si me lo decís a mí, Halle, lo tomaría como una invitación literal que cumpliría con mucho gusto.

Pasado este momento menopáusico, consideremos a los negros (*) en el cine. Se puede comparar con otra manifestación artística que nació casi al mismo tiempo: el jazz. Éste fue, indiscutiblemente inventado por negros, a diferencia del séptimo arte. Tuvo un desarrollo curioso: mientras la inmensa mayoría de los músicos blancos no tenían problema para juntarse con sus colegas para tocar la nueva música, el público (y mucho menos, los empresarios) no querían tanta liberalidad y tanta juntada y crearon un mercado para los músicos negros y otro (mucho mayor, claro) para los blancos. También orquestas negras y orquestas blancas. Hasta que los músicos de jazz se juntaron de pesados con el tiempo, en la posguerra.

El cine, en cambio, fue inventado por gente blanca y ellos lo dominaron desde el principio. Durante muchas décadas, fue un lugar que sólo daba trabajo a los blancos, incluso cuando realizaban papeles de negros, en los que se pintaban. La única excepción eran algunas comedias, en que los actores negros realizaban, sí, papeles de negros, pero excesivamente estereotipados.

Blaxploitation.

Los negros -unos cuantos millones de estadounidenses, por cierto- solían ser representados caricaturizadamente como vagos, lentos, viciosos y menos interesados en trabajar que en escuchar jazz, mamarse y apostar. A lo sumo, eran simpáticos empleados domésticos. 

En 1929 King Vidor realizaría "Aleluya" con un elenco totalmente negro. Vidor, en realidad no se planteaba hacer un musical, sino un film que reflejara la cultura negra de Estados Unidos desde su propio punto de vista y la llegada del sonido le permitió incorporar números musicales que podrían interesar a más público. La película fue un éxito y no conviene olvidar que tiene 95 años: es honesta pero probablemente confirma los prejuicios que quería combatir.

Aleluya

Diez años después, la superproducción "Lo que el viento se llevó", ambientada en el Sur de la Guerra de Secesión, tenía actores negros haciendo de esclavos buenos o de rebeldes malos, aunque la película no se sumergía en grandes polémicas. La actriz Hattie McDaniel fue -en su papel de sirvienta- la primera intérprete no blanca en ganar un Oscar.  Tampoco la pavada, el Hotel Ambassador de Los Angeles donde se entregaron los premios, no aceptaba "coloreds" y la mandaron para una mesita muy lejos del escenario.

En los 50 irrumpió Sidney Poitier, como ejemplo de que un negro podía ser un buen tipo y hasta un médico o un maestro competente. Si bien en los 60 -una década muy particular- se lo comenzó a criticar por realizar papeles de negro "demasiado correcto", aparentemente fue la mejor manera de reinvindicar a su raza, en momentos en que el tema era particularmente candente, por haber sido presentado directamente en la opinión pública, dejarse de ocultar y por llamar "racistas" a los racistas. Ganó el primer Oscar protagónico para un actor negro.

¿Sabes quién viene a cenar?

Luego de la fama de Poitier, que se prolongó durante los 60, surgió en la década siguiente otra curiosa forma de reivindicación racial: la llamada "blaxploitation". Cine de géneros clase B (o sea, poco presupuesto), generalmente detectives muy sensuales y viriles, que detectiveaban violentamente por las calles al ritmo del mejor soul o funk, era un producto negro para públicos negros (como algunos musicales pre-Poitier) que tenían un mensaje explícito de orgullo racial. Sin embargo, fue una moda que duró unos pocos años.

A partir de los 80 -aunque haya sido la peor década del siglo, como dije en la columna anterior- silenciosa y lentamente se comenzó a incorporar a los intérpretes negros en forma natural a los elencos, sin que hubiera necesidad. Quiero decir, sin que los personajes fueran necesariamente negros desde el libreto. 

Más acá en el tiempo y con la exacerbación (anotame esta) de lo políticamente correcto, Hollywood se ha ido al extremo de creer que todas las películas tienen que tener actores y/o actrices de otras razas, indefectiblemente. La gente protesta tanto si presentan una Sirenita negra como si Scarlett Johansson (tranqui, mi amor, lo de Halle era una chanza) hace un personaje japonés. Cosas de las aperturas. Luego de un par de años en que no hubo nominaciones a los Oscars de ningún negro/a, todo volvió a la normalidad y se desestimó la torpe sugerencia de que hubiera un porcentaje fijo de nominaciones para ellos.

Algún día veremos películas sin fijarnos en la raza de quienes actúan. Supongo.     

 

(*) Digo "negros" y no "afroamericanos", "afrodescendientes" o todas esas giladas que parecen más tenerle lástima que respeto a la gente de piel oscura. "Negro" es un color, al igual que "blanco" o "amarillo". O turquesa. Que haya tipos que crean que un color de piel es mejor que otro es un racismo lamentable, además de anacrónico. Pero, al igual que muchísima gente negra, opino que esa es la manera de nombrarlos genéricamente y que ocultar el término "negro" como si fuera algo que no se debe decir es insultante y discriminador. Aclaro también, porque en este blog hay un par de elementos que se creen que inventaron la pólvora y andan con el dedito señalando buenos y malos y todavía no saben sonarse los mocos solos. 
 

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SEAN LOS ORIENTALES TAN ENFERMOS COMO ESTÚPIDOS (IV)

Hoy Programa de terror: "Los Ángeles de la Muerte" (¡¡¡MUAJAJAJAJAAAAA!!!)

Marzo de 2012. Tengan en cuenta más el mes que el año, ya van a ver por qué. El Gerente de Recursos Humanos me llama para una reunión urgente del Consejo Directivo y me pide discreción, porque era sábado y yo estaba trabajando. En ese tiempo yo ya era Jefe y también, por otro lado, integrante del Consejo Directivo de la mutualista, representando a los trabajadores no médicos (votado por ellos).

Obviamente, una reunión así me llenaba de curiosidad. Algún quilombo grande y nuevo habría, pero después de un rato pensé que a menos que fuera algo así como: "-Muchachos, no hay cómo salvar ésto, el mes que viene cerramos del todo", cualquier otra cosa se podría solucionar. Al rato, un portero me contó que hacía horas que andaban unos investigadores de Interpol por los pisos. Mmmmmm.

Llegó la reunión. Con una hora de atraso, se presentó el Gerente General y nos contó que habían dos enfermeros que tenían una "organización para matar pacientes". Que estaban detenidos y que se hablaba de varias decenas de víctimas. Y que el escándalo que se iba a desatar al día siguiente podía no liquidar, pero sí significar una crisis general. 

Dije que tuvieran en cuenta el mes porque, en aquella época y hasta el 2020, se solía hacer el "corralito" de febrero, donde la gente se podía cambiar de mutualista y éstas se desnucaban para ganar esa "competencia". Si el escándalo hubiera estallado en Enero, en el corralito se nos iba un pueblo. Dicho sea de paso, los piolas del Círculo Católico y de la Médica Uruguaya le solicitaron pocos días después al Ministro que habilitara un período especial para los que se quisieran borrar de la Española. Más soretes, no se consigue.   


Uno de los enfermeros se llama Pereira y también trabajaba en el Hospital Maciel, lo conocía de vista; el otro, Acevedo, sólo en la Española y nunca lo vi, que yo sepa. Jamás en mi putísima vida entré en el CTI Neuroquirúrgico 4º piso, donde trabajaban los dos enfermeros y donde ocurrió todo esto. Bueno, no todo.

El caso comenzó por una denuncia de dos compañeras de Pereira en el hospital. Dijeron que él apagaba las luces del sector -un sector común, no un "área abierta", o sea un C.T.I.- y manipulaba el cablerío (las vías, bah) y, cuando el paciente sufría un paro o similar, aparecía haciéndose el superhéroe para arreglarlo él y lucirse ante los médicos. Cuando la policía comenzó a investigarlo, falleció una paciente allí en el Maciel. Tenía 74 años, era diabética, había sido internada por un pico de glicemia y le dieron el alta, pero no llegó a irse: se desplomó de un infarto (cardíaco). Como ya estaba la denuncia, fue a autopsia por orden de Crimen Organizado.

No voy a entrar en detalles médicos por razones obvias, pero la autopsia no fue concluyente: tenía rastros de un calmante anestésico, pero eso no generaba una trombosis que a su vez generara un infarto. Como Pereira también trabajaba en la Española, como se ha dicho, se investigaron las muertes del CTI Neuroquirúrgico, su sector. Por qué se involucró también a Acevedo, desconozco. Parece que eran muy amigos, que éste era padrino de un hijo de Pereira y por eso cayó en la bolada. Algunos decían que eran cómplices (y por eso actuó Crimen Organizado), otros que cada uno "asesinaba" como empresa unipersonal. El Ministro del Interior Bonomi dijo que "competían a ver quién asesinaba más". En fin.

En todo el mundo salió la noticia. Las cifras de supuestos muertos llegaron en algunos medios a más de 200. La gente comenzó a solicitar que reabrieran el caso del tatarabuelo que murió en 1940 o que una tía de 100 años estaba sana cuando la internaron y ahora como que se explicaba todo.      

La semana que viene, terminaré con este caso porque esto se ha hecho muy largo. Voy a contar las reacciones del público (muy sabrosas, por cierto), algunas discusiones en el Consejo Directivo, si voté o no por la destitución de los enfermeros presos, cómo es el burnout en la salud y cómo dicen que era el famoso 4º Neuroquirúrgico. Si es que no me echan de acá también.

Comentarios

  1. Dos comentarios:
    1) Todo este tema del racismo (que nunca se acaba) de Estados Unidos me hace acordar a un personaje llamado Jim Crow, un estereotipo que tienen los yankis sobre los negros. El personaje lo retoma Childish Gambino en el video "This is America", un tema bastante sombrío y un video que lo refleja bastante bien.
    2) Me había re olvidado de los "enfermeros asesinos". Qué época hermosa aquella

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  2. Hermosa, porque no laburabas en la española.

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  3. Quedaron bárbaras las fotos, hay que decirlo.

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