Barranca abajo...

Propuesta de rediseño de la carátula del disco de E4DN. Fuente: ver.

¿Les ha pasado que de repente, un viejo tema, sin razón aparente, los vuelve a cautivar hasta casi el paroxismo?

Este fin de semana, me pasó eso con “Velvet Revolver”, supergrupo de Rock surgido del encuentro (¿rejunte?) de los músicos de Guns ‘n Roses (¿hartos de la tía Axl?) y Scott Weiland, que había abandonado o lo habían abandonado desde las huestes de Stone Temple Pilots. Acaso la mejor tradición musical de fines de los ‘80 y los ‘90... ¡Oh, estimado millenial!

Estos antecedentes, dan para reflexionar sobre la naturaleza del Fenómeno Rock.
El Rock vive del chusmerío, esa es la realidad. Se llena y retroalimenta de rumores y las bandas juegan ese juego. Los rumores les sirven como protección, evasión, elusión, seducción, experimento social, intriga, misterio.

Salvo para los que somos fanáticos, quien compra un disco de MetallicA en una tienda de Montevideo, en el mejor de los casos, lo compra por haber escuchado “Nothing else matters”… (NdR: En esos casos, mejor vayan a la feria de Piedras Blancas a comprar un disco pirata de alguna banda de “cunvia”; sí, así, mal escrito y todo).

Personalmente me gustaría saber más sobre las opciones de formación STEM de muchos de los “Rockeros” que me gustan.

No por ser otro “chusma”, me gustaría saber más de sus pasiones individuales, su vida familiar, sus habilidades deportivas, sus convicciones religiosas, políticas, filosóficas, qué objetivos persiguen en su vida, hacia dónde va las bandas que integran.

Recuerdo mi Juventút, leyendo con obsesión compulsiva todas las páginas de los librillos que vienen con cada CD (sí, tú, el mismo millenial que mencioné previamente, hubo un tiempo en que la música, masivamente se difundía mediante CD). Emociona ser testigo que ese “ídolo” es tan humano como nosotros, agradece a entidades como “family”, “god”, “love”, “respect”, “friends”, “life” e incluso a personas de carne y hueso que además tienen nombres y apellidos.

También tenemos a los detractores del Rock, quienes afirman que a partir de la “literalmente lapidaria” evidencia de “mártires del Rock”, víctimas obituarias de suicidios e intoxicaciones (quienes leen mis columnas saben acerca de Chris Cornell, por ejemplo), seguramente porque eso sólo pasa con los rockstars…

La vida disipada, el exceso, “sex and drugs and rock ‘n roll”, no estar preparados para el estrellato, la infancia o juventud con pérdidas de afectos, la carencia de una guía espiritual, se vuelven una espada de Damocles en manos de jóvenes imberbes, que afrontan de sopetón el éxito a escala global.

Por eso es que muchas bandas rinden tributo a muertes por sobredosis o causas accidentales de amigos:

• Say hello to heaven (Temple of the dog).
• To live is to die (MetallicA).
• Shine on you crazy diamond (Pink Floyd).

Aceptar o ceder ante el temor que podría haber sido otro integrante de la banda, de la cofradía que ahora sucumbe ante la orfandad.

• I’m the man in the box buried in my shit, won’t you come and save me? (Alice in chains, Man in the box).
• I hurt myself today to see if I still feel, I focus on the pain, the only thing that`s real (Nine Inch Nails, Hurt).

La culpabilidad, el peso de la cruz de decisiones erróneas.

• I’ve eaten the sun so my tongue has been burned to the taste, I have been guilty of kicking myself in the teeth, I will speak no more of my feelings beneath (Alice in chains, Down in a hole).

En la búsqueda combativa, enfrentar La Otredad y mirar al Mundo adverso.

• The World is a vampire sent to drain, secret destroyers hold up to the flames, and what do I get for my pain? Betrayed desires, and a piece of the game. Despite all my rage I’m still just the rat in a cage (Smashing Pumpkins, Bullet with butterfly wings).

Hasta que aparece la idea del suicidio, sucumbiendo a la tentación de la “salida fácil” (alerta de ironía, me pega en el forro del hígado que alguien afirme eso de “salida fácil”).

• Emptiness is filling me to the point of agony, growing darkness taking dawn, I was me but now he’s gone (Metallica, Fade to black).

La autopercepción de cuán barranca abajo se ha caído, una angustia desgarradora.

• I keep a journal of memories, I’m feeling lonely, I can’t breathe, I fall to pieces, I’m falling, fall to pieces and I’m still falling (Velvet Revolver, Fall to pieces).

Para ser circular con el inicio de esta columna, esa fue la canción que recordé con particular intensidad este fin de semana. Probablemente porque finalmente logré aceptar que se terminó un semestre complicado en lo personal, mientras vuelvo a avivar la llama debilitada, entendiendo que desde adentro, desde las tripas, resurge cual Ave Fénix el sentido último del Espíritu, de mi Espíritu combativo.

El mismo Espíritu que se refugia en letras de Metal y Rock, para sublimar angustias a través del canto.

Gracias, Scott.