Sentidos, sentimientos, sensaciones

La triple S nos acompaña día a día. Los unos, los otros o las otras, se entremezclan, se alimentan mutuamente, se confunden, se cortan solos, y quizá, sea conveniente poder establecer cuales son las diferencias que los individualizan y a su vez vinculan. Estas tres “Entidades” circulan en direcciones a veces unidireccionales, ascendentes, descendentes, esclarecedoras, enturbiadoras, abrumadoras,  viajando del cuerpo al alma, de la mente al cuerpo, del alma a la mente, del cuerpo a la mente, del alma al cuerpo, de la mente al alma. En otras ocasiones, la transmisión de sentidos, sentimientos o sensaciones, tiene un tránsito más complejo, que involucra no solo dos manifestaciones de nuestra existencia (Alma, Mente, Cuerpo), sino que en una fuerte descarga nos mueve toda la estantería. ¿Cuánta atención le prestamos a los efectos que tienen en nuestro Ser, todos los estímulos que nos permean a cada instante? ¿Es relevante ser conscientes de que todo pega? ¿Es válido aquel concepto de la Ciencia, dónde “nada se crea, nada se destruye, todo se transforma”? ¿La Ciencia tiene Razón? Tenemos la sensación de que sí, de que en el correr de todos estos años de vida, a través de nuestros sentidos, el sentimiento de confianza en ella, se ha fortalecido, y hace posible, entre otras cosas, que nos subamos sin dudar, y volemos en un avión de 400 toneladas, que en un tiempo previo a los Hermanos Wright, parecía imposible levantara vuelo.

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Y no ha pasado tanto tiempo. ¿O sí? ¿Fue hace mucho el año 1903? Asegún el reloj (o calendario) con que se mida. En el Espacio, las cosas son según el color del cristal con que se mire. En el Tiempo, sucede lo mismo. Y ¡Oh, Ventura! (o desVentura ¿?), esa es la más sencilla explicación que tenemos los simples mortales del concepto que plasmó Albert Einstein es su Teoría Especial de la Relatividad, vinculando Tiempo, Espacio y Energía. Esta tríada, nos define y envuelve, ambas cosas en totalidad. Sí. A cada instante y en todo lugar, su perenne elasticidad, se bambolea al influjo del dinámico conjunto formado por nuestros sentidos, sentimientos y sensaciones. ¿Quién sino, hace que la espera se haga tan larga? ¿Quién sino, hace que las vacaciones pasen tan rápido? ¿Quién? Sí. Vos. Yo. Ella. Él. Y…

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Nuestra individualidad creada a través de la dichosa cadena helicoidal y las sucesivas socializaciones que atravesamos desde el útero al ataúd, va determinando grosor, color, velocidad, de cristales y relojes. Tan simple como complejo. Tan aleatorio como determinado. ¿Entonces? ¿Qué fórmulas, que artilugios, que recursos podemos utilizar para lograr moldear de una mejor manera, acorde a nuestros intereses y necesidades, agujas y cristales? ¿Existen? ¿Se conocen? ¿Se comparten? ¿Están en Google? ¿En tu Mente? ¿En tu Corazón? ¿Están demostradas científicamente? Las últimas siete preguntas, tienen la misma respuesta de dos letras. Sí. A través de los ya pasados años, siglos, milenios, se han ido acumulando conocimientos de toda índole, en color y duración. Muchos han envejecido bien, tanto que son totalmente actuales y útiles. Otros han muerto para no volver jamás. Otros han muerto para volver en cualquier recodo del devenir. Otros conviven en un marco de aparente oposición, que podría ser descrita como caras de una misma moneda, o si lo llevamos al campo magnético, podríamos imaginarnos tratando de acercar dos imanes por el lado de su misma polaridad. Sí. Es imposible. Pero si llegamos a dar vuelta uno de ellos… saben exactamente que es lo que sucedería. Y redundando, así se suceden, sentidos, sentimientos y sensaciones. Y en nuestras manos esos imanes que van determinando grandes rechazos o fortísimas adhesiones. Pero no todo es tan “a lo grande”. No todo es tan explícito. Este partido entre Ciencia y Parecería, sigue uno a uno. La pelota está rodando y los jugadores dejando todo en la cancha para llevarse la victoria, o para no perder, o porque no hay otra cosa para hacer. Solo algunos Devaneos Sesudos.