Guía de uruguayismo para artistas extranjeros


Cerrada la oficina de Astesiano conseguir la ciudadanía uruguaya es un trámite mucho más engorroso. Se requiere un montón de trámites en distintas dependencias del estado que no estoy dispuesto a googlear. ¿O tal vez sí? Una alternativa a la que muchas personalidades de la cultura recurren es buscar el reconocimiento como uruguayos por parte de la ciudadanía.

Es sabido que a los nacidos en la orilla Este del Río Uruguay nos basta que reconozcan nuestra existencia y, como mucho, que mencionen algunos de nuestros grandes hitos, puntos de interés o celebridades. El que se valió de esto allá por 2014 cuando estaba de moda venir a Uruguay fue Joaquín Sabina.

 

El brasilero Paulinho Moska conversó con los amigos de Tapalo con Radio el pasado martes 1 de noviembre (del corriente 2022, por si venís del futuro) anunciando su próximo recital en Montevideo, planeado para el mes de diciembre. Como era de esperarse, no dejó pasar la oportunidad y utilizó la misma estrategia para ganarse a la audiencia. Se despachó en pocos minutos listando edificios célebres que gusta visitar, amigos uruguayos, locales gastronómicos donde toma café o almuerza, un museo que de seguro ve en el camino del aeropuerto y cerró con el clásico asado más tannat. Un maestro en este juego.

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¡Pucha que me quedó ambiciosa la presentación! Espero que el resto esté a la altura.

Dependiendo de qué tan inmiscuido en la realidad del país quiera mostrarse, le presentaremos tres niveles de orientalidad distribuidos a lo largo de los ejes temáticos.

Si usted se siente cómodo únicamente con un la información de Uruguay que podía aparecer en un folleto turístico de la década del 90, pero le embola salir a buscar uno, le sugerimos nombrar mayormente los artículos del literal A.

Para usted que durante la década de 2010 pasó más tiempo pensando en el paisito que en su familia o amigos y se siente cómodo jugando con algunos detalles para entendidos, decántese por las opciones del literal B.

Pero usted amigo, que le puso Maestro José Egidio Tabaré Vaimaca Riccetto a su perro y juega de local tanto en 18 y Ejido como en Cno. Ariel y Quicuyo, no sea cagón y mándese un espeto corrido del literal C.

Edificios

A)

Estadio Centenario. Puede aprovechar para celebrar los logros de la selección.
Palacio Salvo. Tiene fantasmas, la nueva luz de la cúpula, y hasta la canción de Damon Albarn. Usted elija.
Teatro Solís. El máximo escenario del país. Ya quedó claro hace unos años que no es para presentaciones de discos. No insista.
Mercado del Puerto. Para pasar fin de año pegoteado de sidra, comer un asado o unas empanadas.
Palacio Legislativo. Un emblemático edificio que nos regalamos para honrar la democracia.

B)

Antel Arena. Ya sea para ver basket, vacunarse contra el Covid o ver un show electroacústico de Trotsky sentado, usando barbijo y bancando las críticas de la tele.
Torres del World Trade Center. Cariños para la sacrificada familia Lecueder.
Torre de las Telecomunicaciones y Aguada Park. Revitalizando La Aguada, estas torres se sumaron al skyline montevideano.
La CAF con las renovadas Cinemateca y Fun Fun. Tomando Uvita después de ver una película rumana que usa el video íntimo de una profesora de liceo para criticar lo pacato de su sociedad.
Torre Ejecutiva. Juegue un truco contra los muchachos de la escultura que está en planta baja.

C)

Club Albatros. Puede elogiar su nuevo piso flotante. Puntos extra por recordar que en el viejo tablado veía carnaval con el Indio Solari.
Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA). Para mostrarse culto y actualizado.
El Bacilón. Demuestre ser un bicho de la noche con una anécdota en el afamado boliche.
Bluzz Live. Podrá lamentarse por la demolición de la sala de conciertos donde solía ver grupos de rock como Buenos Muchachos o Eté & Los Problems.
El edificio aún sin nombre a la vista, probablemente conteniendo exclusivamente monoambientes y apartamentos de 1 dormitorio, que están terminando de construir donde demolieron la vieja Cinemateca Pocitos que oficiaba de sede de la Escuela de Cine del Uruguay, frente el Club Trouville. La gente de Pocitos también es gente y tiene problemas.


Personas

A)

Eduardo Darnauchans. El zurcidor de canciones es un favorito de la casa, pero está entre las fichas fáciles.
Eduardo Mateo. El cantautor no tuvo en su época el reconocimiento del público que merecía, pero hoy goza del respeto de sus colegas.
Eduardo Larbanois. Creo que hay un pequeño exceso de Eduardos en esta lista.
Jaime Roos. Enorme Jaime, que volvió el año pasado a festejar sus 50 años de carrera... 2 años tarde.
José Batlle y Ordóñez. El presidente que se apropió de la avenida Propios en el nomenclátor capitalino cimentó el Uruguay del siglo pasado, aunque algunos batllistas hoy prefieran a su sobrino nieto.

B)

José Mujica. Uruguay 2010. Sudáfrica, aborto despenalizado, marihuana legal, gente escuchando los discursos del presidente en la ONU.
Jorge Drexler. Clava tu remo en la orientalidad. Si bien no lo escuchamos masivamente, todos le reconocemos el Oscar.
Tabaré Vázquez. El presidente que le ganó a las tabacaleras. Que le dio una laptop a cada escolar. El presidente ya viejito que enviudó. Podés hacer la vista gorda con el veto al aborto.
Maestro Tabárez. Imposible pensar la Primavera Celeste de la década pasada sin su presencia. Meche alguna frase como “ganar sin estridencias” o “el camino es la recompensa”.
Emiliano Brancciari. El líder de No Te Va Gustar nació al otro lado del río que nos da nombre, pero lo adoptamos como hicieron ellos con Gardel.


C)

Ernesto Tabárez. Demuestre conocer el rock nacional. Súmese a la campaña que busca que la estrella de los Bulls escuche la canción Jordan. Recuerde que como decía Borges, “morir es haber nacido”.
Bauti Gil Castillo. El joven referente del Partido Colorado mezcla sus estudios en derecho con una campaña en contra de la casta política. Se ve que todavía no le avisaron que es nieto de Ney Castillo. Encontrar simpáticas las gracias de este botija le dará una nota de complicidad con el público “progre”.
Carlos Bueno. Conocer a los jugadores de la selección pos 2010 no es gran mérito. Quizás tampoco saber que Antoine Griezmann está todo lleno de uruguayismo. Ahora, recordar las hazañas del artiguense que apadrinó al puntero francés es una figurita sellada.
Saul Feldman. Cualquiera de los dos. Da lo mismo si se refiere al referee de los ‘90 o al viejo que tenía un arsenal importante en la calle Elba. Si se refiere al segundo no olvide que Jorge Batlle intentó vincularlo a Marenales en un triste episodio, de cara al ballotage de 2009.
Eduardo “Caballo” Lambert. Sí. Definitivamente hay un exceso de Eduardos entre las listas. Conocer al goleador identificado con Urunday Universitario demostrará que usted es un uruguayo nacido en otra patria. Lleva puntos extra (un doble, claro está) por mencionar su tiro paralelo a la línea final.

Gastronomía

A)

Asado. La comida uruguaya por definición.
Dulce de leche. En todo postre que se precie de tal.
Mate. Si menciona el alza en el precio de la yerba, automáticamente pasa al literal B.
Tannat. La cepa destacada de la vitivinicultura uruguaya. No acepte imitaciones. La Pasiva. Para comer dos panchos con mostaza acompañados de un liso o un chopp. Si nos quieren hacer llegar a casa unos barrilitos de mostaza no nos vamos a ofender.


B)

Rúcula. Desde que se inventó el “Nuevo uruguayo” está en todas las ensaladas pretenciosas o acompañando a la lechuga en el colchón de verdes. No puede fallar.
Cerveza artesanal. En este caso no ampliaremos nuestra cartera comercial por tener un conflicto de intereses, pero muchas marcas y variedades se volvieron populares durante la última década.
Café de especialidad. Declare haber tomado un café bourbon o un catuaí (rojo o amarillo) en Cafetto Prado y tendrá al público snob en el bolsillo.
Chía. Muy popular durante la última década en los platos nacionales que no se quedan con el asado.
Kombucha. Esta bebida llegó a los nichos de gente con lentes de marco grueso. Diga que la tomó en latita mientras almorzaba en la parte peatonal de Pérez Castllano y se le rizará el bigote.


 

C)

Guiso. Las distintas variedades de guiso corren a gusto del consumidor, pero usted no será un buen uruguayo hasta haber disfrutado uno.
Ollas populares. Un clásico de los gobiernos de derecha es la proliferación de las ollas populares. Con pollos flacos y fundaciones para nada asociadas al partido del gobierno encargándose del reparto de los insumos. Porque ya hay un podcast que demuestra que gastronomía y política se pueden juntar.
Comida venezolana. La oleada migratoria que vivimos en Uruguay durante el último lustro nos acercó las exquisitas arepas, cachapas, tequeños y hasta un jugo llamado papelón. Tiene dejos de nuevo uruguayo, pero demuestra que se mantiene pendiente de la actualidad.
Martín Fierro. Sencillo pero contundente. Como la selección de 2010 / 2011. Un trozo de queso por debajo y uno de dulce de membrillo por arriba. El postre definitivo.
Cerveza Jennifer. Solo quienes bucearon en este blog o escucharon Coqueto Escenario con cierta asiduidad la conocerán. Porque peor es la sed, cualquier anécdota que empiece con Jennifer irá de menos a mas.


Remate

Al llegar a este punto, usted ya habrá armado el personaje de “uruguayo por adopción” que quiere venderle a su público. Por un lado, si es demasiado  conservador podrá ser acusado fácilmente de tribunero barato. Por otro lado, si arriesga mucho deberá estar en condiciones de defender sus dichos ante una repregunta por parte del entrevistador. Trate de no quedar en orsai.

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